Javier Paz García
Un subsidio o subvención es una ayuda económica que da el gobierno a alguna industria o sector. Por ejemplo el gobierno boliviano en la actualidad subsidia el consumo de carburantes para todo los que residen en Bolivia. ¿Cómo funciona este subsidio? Simplemente el gobierno compra los carburantes a otros países a precios internacionales y los vende en el mercado interno a un precio menor. Para poner un ejemplo, digamos que le compra a Venezuela el diesel a 8 bs. por litro y lo vende en Bolivia a 3. Es decir que por cada litro que vende en el mercado interno, el Estado está subvencionando 5 bs.
Alguien dirá que eso es muy bueno porque de esa manera el pueblo no tiene que pagar los 8 bs. que cuesta el diesel, lo cual beneficia a toda la población. Sin embargo esto es una falacia. Para pagar la subvención, el Estado usa dinero proveniente de los impuestos que pagamos todos los bolivianos. En otras palabras, estamos pagando los 8 bs. que cuesta el litro de diesel pero de forma diferente, 5 al Estado y 3 a la gasolinera.
¿Entonces que efecto tiene una subvención? Ésta causa una redistribución de ingresos: si usted paga impuestos, le está subvencionando el consumo de carburantes a aquéllos que no pagan impuestos. Si usted paga impuestos pero no consume mucho carburantes, entonces está subvencionando a aquéllos que tienen un alto consumo de carburantes, como ser transportistas. Juzgar si, desde una óptica social o política, la redistribución de ingresos causada por la subvención es deseable o no, es un tema a parte. Alguien dirá que es bueno que los que ganan más subvencionen el combustible para los más pobres. A esto se puede replicar que el Estado, al subvencionar el diesel, pierde 5 bs. por litro que pudiera haber utilizado para proyectos focalizados a los pobres como construir escuelas y carreteras o incluso entregar rentas directas, etc., lo cual en mi opinión es una ayuda más efectiva para los pobres.
Es más, en realidad el Estado boliviano subvenciona a países como Brasil o Perú, cuando sus transportistas cargan combustible en territorio nacional o cuando productos bolivianos que han sido producidos con diesel subvencionado son exportados a estos destinos. Un ejemplo concreto de esto es la subvención que otorga el Estado boliviano a todos los peruanos que compran garrafas de gas contrabandeadas.
Es decir que debido a que los bolivianos subvencionamos a otros países terminamos pagando un precio mayor al internacional porque encima “regalamos” a otros países parte de los productos subvencionados. Y a esto hay que agregarle los costos administrativos del Estado para mantener la subvención: crear una entidad encargada, contratar personal, controlar el contrabando, etc.
Por consiguiente nos saldría más barato pagar directamente en la gasolinera los 8 bs. que cuesta el diesel de mi hipotético caso y de esa forma evitar el laberinto que significa pagar 5 bs. al Estado (yo sostengo que es más) para que el Estado lo compre en 8 y nos lo venda en 3.
Rara vez se puede justificar un subsidio por razones económicas. De hecho, desde un punto de vista técnico, nunca es eficiente subvencionar.
La Paz, 09/04/08
Master en economía
miércoles, 9 de abril de 2008
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1 comentario:
Entendo que o subsídio a um produto interno nada mais é que uma barreira alfandegária as avessas.Artifício que distorce o livre comércio internacional e vicia o avanço tecnológico de vários setores da indústria.
Bom ver que continua escrevendo desta forma, com tanta propriedade.
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