Lunes 29 de abril
Viena, Austria
19:45
Son casi las 8 y estoy tomando una Guinness en un irish pub en el centro de Viena, mientras hago hora para tomar mi overnight train a Munich. Mi plan para mañana es llegar a Munich, pillar un hostal, dejar la mochila, tomar el tren de vuelta a Salzburgo, conocer la ciudad durante el día y volver a Munich en la noche.
Estos tres días en Viena estuvieron de primera. Fui a un concierto de Strauss y Mozart interpretado por la orquestra Wiener Hofburg en el Palacio Imperial de Viena, a una orquestra sinfónica de Tchaikovsky, una misa en alemán donde cantaron el famoso coro de niños de Viena y a la ópera a ver la La Juive (La Judía). Todo espectacular.
El palacio Schönbrunn, residencia de verano de la familia Habsburgo, tan inmenso como interesante. Ahí recorrí un pequeño jardín-laberinto e hice un tour dentro del palacio.
Estoy preocupado, mi cerveza se está acabando y ya no quiero gastar más plata. Gasté más de lo que quería acá pero espero recuperarlo en el camino, y si es que tengo donde alojarme Madrid, Barcelona y Roma, entonces puedo estar más tranquilo con respecto al presupuesto.
Se acabó mi cerveza ¿qué hago ahora? O mejor dicho, ¿y ahora, quién podrá defenderme? Empezó a ventear, o sea que voy a caminar por la ciudad por última vez, me voy a la estación y ahí la seguimos.
Martes 30 de abril
Salzburgo, Austria
18:30
Llegué a Munich en la mañana, encontré un hostal, dejé mi mochila y me vine para Salzburgo. Ahora estoy en el tren de ida a Munich de nuevo. Salzburgo tiene la fortaleza enteramente conservada más grande de Europa la Festung Hohenselzburg, pero los jardines de Mirabell son los mejores que he visto hasta ahora. Salzburg es un tributo a Mozart, por todas partes está su foto. La ciudad es chica, o sea que quedó perfecto el plan de pasar un día nomás. Me salió una ampolla en uno de mis dedos que me ha dejado medio patichi.
Llego al hostal a las 8:30 p.m., me baño, me rasuro y me hecho a dormir, y no escribo más porque este tren se mueve mucho.
Viena, Austria
19:45
Son casi las 8 y estoy tomando una Guinness en un irish pub en el centro de Viena, mientras hago hora para tomar mi overnight train a Munich. Mi plan para mañana es llegar a Munich, pillar un hostal, dejar la mochila, tomar el tren de vuelta a Salzburgo, conocer la ciudad durante el día y volver a Munich en la noche.
Estos tres días en Viena estuvieron de primera. Fui a un concierto de Strauss y Mozart interpretado por la orquestra Wiener Hofburg en el Palacio Imperial de Viena, a una orquestra sinfónica de Tchaikovsky, una misa en alemán donde cantaron el famoso coro de niños de Viena y a la ópera a ver la La Juive (La Judía). Todo espectacular.
El palacio Schönbrunn, residencia de verano de la familia Habsburgo, tan inmenso como interesante. Ahí recorrí un pequeño jardín-laberinto e hice un tour dentro del palacio.
Estoy preocupado, mi cerveza se está acabando y ya no quiero gastar más plata. Gasté más de lo que quería acá pero espero recuperarlo en el camino, y si es que tengo donde alojarme Madrid, Barcelona y Roma, entonces puedo estar más tranquilo con respecto al presupuesto.
Se acabó mi cerveza ¿qué hago ahora? O mejor dicho, ¿y ahora, quién podrá defenderme? Empezó a ventear, o sea que voy a caminar por la ciudad por última vez, me voy a la estación y ahí la seguimos.
Martes 30 de abril
Salzburgo, Austria
18:30
Llegué a Munich en la mañana, encontré un hostal, dejé mi mochila y me vine para Salzburgo. Ahora estoy en el tren de ida a Munich de nuevo. Salzburgo tiene la fortaleza enteramente conservada más grande de Europa la Festung Hohenselzburg, pero los jardines de Mirabell son los mejores que he visto hasta ahora. Salzburg es un tributo a Mozart, por todas partes está su foto. La ciudad es chica, o sea que quedó perfecto el plan de pasar un día nomás. Me salió una ampolla en uno de mis dedos que me ha dejado medio patichi.
Llego al hostal a las 8:30 p.m., me baño, me rasuro y me hecho a dormir, y no escribo más porque este tren se mueve mucho.
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