Javier
Paz García
La
mayoría de la gente considera erróneamente a septiembre como el mes de Santa
Cruz. La ciudad de Santa Cruz de la Sierra se fundó el 26 de febrero de 1561 en
las serranías de Chiquitos y llegó a su actual sitio en 1595. Mucho tiempo
después, el 24 de septiembre de 1810 estalla en la ciudad una insurrección
independentista, que muchos celebramos cada año, sin saber a qué se debe la
fiesta.
Según
Hernando Sanabria Fernández en su Breve historia de Santa Cruz, la guerra de la
independencia “no fue la arrebatada colisión entre españoles y americanos, en
la que con depurado idealismo lucharon los unos por conseguir la libertad de su
tierra, mientras con bárbara sinrazón se obstinaban los otros en mantenerla
sojuzgada. Tal es la versión simplista y corriente de nuestras historias
convencionales… La pugna de los unos por obtener las fuentes de riqueza, a las
que, como nativos de la tierra, se creían con mejor derecho contra la
resistencia de los otros que porfiaban en retenerlas a toda costa, fue la causa
primordial que motivó esa lucha larga, cruenta y azarosa.” En Los últimos días
coloniales en el Alto Perú, Gabriel René Moreno explica cómo los
independentistas hicieron uso de silogismos y aprovecharon el hecho de que Napoleón
había puesto a su hermano José como rey de España, para justificar la lucha
independentista como un rechazo a esta situación y una muestra de fidelidad al
depuesto Fernando VII. Por otro lado, debemos considerar que la intención de
los criollos era lograr la autodeterminación para ellos, sin dar derechos a los
indios y negros que allí vivían.
A
pesar de esto, la guerra de la independencia, tanto a nivel local como continental
tenía una influencia liberal inspirada en escritores como John Locke, Jean Jacques
Rousseau, como también las revoluciones americana de 1776 y francesa de 1789.
Los cruceños no celebramos la fundación ni la independencia el 24 de
septiembre, sino el inicio de una lucha independentista, celebramos un anhelo
universal del ser humano. El énfasis entonces durante este mes, no debería
estar sobre el majadito, el cuñapé o el sombrero de sao, sino sobre los ideales
de la libertad, sobre el espíritu crítico del hombre, sobre el derecho de
autodeterminación de los pueblos, sobre los derechos civiles y políticos
inalienables, sobre una verdadera autonomía por la que seguimos luchando luego
de casi 200 años de pertenecer a esta república.
Santa Cruz de la Sierra, 17/09/17
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