domingo, 6 de marzo de 2016

Las señales del electorado

Javier Paz García
Votar es tal vez uno de los actos más aciagos que existen: rara vez uno vota por un candidato o partido con el que uno simpatice al 100%, sino más bien uno se ve en la difícil situación de elegir la alternativa menos dañina. Más allá de la línea ideológica que uno transite, existen requisitos mínimos que deberíamos exigir de los políticos; por ejemplo cierto grado de honestidad, de tolerancia, de respeto a las diferencias, de apego a las leyes.
Elegir malos políticos no es cosa exclusiva de países pobres (aunque los países pobres son más proclives a elegirlos), pero las democracias más avanzadas son más exigentes en cuanto al comportamiento ético de sus elegidos y hay ciertas actitudes que no son toleradas y obligan a quien las infringe a renunciar. Para citar algunos casos, el 2011 Karl-Theodor zu Guttenberg renunció a su cargo de Ministro de Defensa de Alemania tras comprobarse que había plagiado su tesis doctoral. El 2012 el presidente de Hungría, Pal Schmitt también renunció al descubrirse que su tesis doctoral contenía plagios. En 1974 el presidente de Estados Unidos, Richard Nixon, tuvo que renunciar debido al escándalo de Watergate, una conspiración ilegal para espiar a sus opositores políticos.  
Tal vez los bolivianos no podemos esperar que un político que ha sido descubierto mintiendo, robando o abusando de su posición renuncie; pero al menos uno esperaría que pierda popularidad y no sea reelegido. Los resultados del reciente referéndum por la reforma constitucional son desalentadores al respecto. Más allá de que por principio, uno esperaría que la mayoría del electorado rechace una reforma cuyo propósito era eternizar a alguien en el poder, sin importar quien fuera, también había el agravante de los escándalos de Evo Morales: principalmente el Fondo Indígena y más aun el caso Zapata que lo involucra directamente y donde él mintió flagrantemente. El resultado de 49% a favor de la reforma vs. 51% en contra, aunque felizmente impide la reelección del presidente, es descorazonador. Incluso aceptando la hipótesis de que hubo fraude, que un 40% apoye la 3 reelección sigue siendo preocupante y demuestra que Bolivia tiene un electorado sin valores. Seguramente si preguntamos a ese 49% si quieren políticos honestos, contestarán que sí; sin embargo su voto dice otra cosa. Las señales del electorado son que la honestidad y la integridad no importa y por eso tenemos los políticos que tenemos, en todo el espectro ideológico.
Santa Cruz de la Sierra, 28/02/16

http://javierpaz01.blogspot.com/

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