Javier
Paz García
El
17 de febrero finalizó el carnaval, sin embargo hoy 31 de marzo la ciudad está
mucho mas sucia que el mes pasado. Si los carnavaleros tuvieron 3 días y unos
miles de dólares para pintarrajear unas cuantas calles del centro, los
políticos se dieron más de un mes y sus buenos millones para ensuciar la ciudad
en toda su extensión. Banderines en los postes de luz, pinturas en los canales,
panfletos en las paredes ¡ni siquiera los inocentes árboles se han librado de
la cojudez de los políticos!
Una
de las ventajas de conocer otros países es que uno puede comparar diferentes
realidades. Durante mis estudios universitarios en los Estados Unidos fui
testigo de varios procesos eleccionarios, tanto a nivel nacional como local. Lo
que pude observar es que las campañas políticas allá son mucho más tolerantes,
civilizadas y respetuosas de la ciudad y el ciudadano. Es inimaginable que un
candidato se rehúse a debatir o que pintarrajee la ciudad. Era muy común ver
banderines clavados en los jardines de casas particulares, colocados con la
anuencia de los propietarios, pero nunca vi canales de drenaje pintados o
postes de luz repletos de panfletos políticos como lo vemos acá. Y al día
siguiente a las elecciones, la ciudad quedaba limpia como si nada hubiera
pasado.
Uno
tiene cierto derecho a molestarse por la cantidad de vallas publicitarias. Por
ejemplo el cruce por el puente del Urubó es insoportable, y si pudieran
privarnos de la vista panorámica del río con las carotas de los candidatos, lo
hicieran. Pero al fin, uno puede justificar tal situación porque pagan por ese
espacio y si no lo ocuparan las candidaturas, alguna empresa privada lo usaría.
Lo que corresponde en esta situación es modificar las normas de uso de vallas publicitarias
en espacios públicos.
Lo
que sí es imperdonable y de hecho es delictivo es el pintarrajeo de paredes,
canales de drenaje, postes de luz con pinturas y panfletos propagandísticos.
¡Incluso pintan las piedras y los árboles, estropeando el paisaje y la estética
de la ciudad, del campo y del país entero para toda la vida! La suciedad del
carnaval de febrero dura un par de semanas, el daño estético del carnaval de
los políticos dura para siempre.
Nuestros
políticos son unos cochinos, irrespetuosos y abusivos con nuestras ciudades y
con el país entero.
Santa Cruz de la Sierra, 29/03/15
http://javierpaz01.blogspot.com/
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