Javier
Paz García
Don
Pedro Shimose, además de poeta renombrado, es un hombre guiado por valores
liberales como la tolerancia, los derechos humanos y la defensa de la libertad.
Por ello, y precisamente porque yo también comparto esos valores es que considero
valiosa su crítica hacia mí (La desigualdad no es ninguna tontería – ED,
27/02/15). Éste y tal vez un par de artículos más serán mi intento de
explicarme mejor.
En
general un obrero hoy tiene mejores condiciones de vida que un obrero hace 50
años. Un obrero hace 50 cincuenta años tenía mejores condiciones de vida que
hace 200 años. Este hecho es mucho más importante en el debate del desarrollo que
el asunto de la desigualdad. Creo que el énfasis en la desigualdad existe porque
muchos, tal vez subconscientemente, creen que la riqueza es estática y que la
economía es un juego de suma cero donde para que alguien gane otro tiene que
perder: ambos conceptos son erróneos. Para explicarme mejor veamos un ejemplo,
si la riqueza total de una sociedad es de 100 peras y un obrero posee 2 peras,
entonces su porcentaje de riqueza es de 2%. Si 30 años más tarde la riqueza
total de la sociedad es de 1000 peras y el obrero posee 10 peras, entonces su
porcentaje de riqueza será de 1%. En términos absolutos la riqueza de este
obrero habrá pasado de 2 a 10, un 400% de incremento, pero su riqueza relativa
habrá caído de 2% a 1%, un 50% de reducción. Yo sostengo que más importante es
la riqueza absoluta, que mide la mejora de la condición de vida con respecto a
sí mismo o a un mismo grupo, que la relativa, que la mide con respecto al total.
Este ejemplo hipotético se asemeja a lo que le ha sucedido en casi todo el
mundo a lo largo de los últimos 200 años: ha existido una mejora general en las
condiciones de vida y algunos han amasado grandes fortunas, lo cual también ha
aumentado la desigualdad económica. Por lo tanto es falso el estribillo de que
los “ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres”. La
premisa de este estribillo es que la riqueza de una economía es fija y el
intercambio es un juego de suma cero; es decir muchos suponen que la riqueza total
es eternamente de 100 peras, entonces si yo gano 2 peras, alguien tiene que
perderlas. La historia nos muestra que las naciones crecen, prosperan y que en
realidad los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez menos
pobres, aunque aumente o disminuya la desigualdad.
Santa Cruz de la Sierra, 15/03/15
http://javierpaz01.blogspot.com/
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