martes, 26 de agosto de 2014

Evo desde una perspectiva histórica

Javier Paz García
Considero al gobierno de Evo Morales como uno de los peores desde la recuperación de la democracia a principios de los 80. El gobierno del MAS destruyó la débil institucionalidad que se había construido; destruyó una corte electoral que gozaba de la confianza del público; retrocedió en derechos humanos; la justicia boliviana siempre fue un nido de corrupción servil al dinero y al poder político, pero de alguna manera, el MAS logró empeorarla. El caso terrorismo donde ex-funcionarios de alto rango del Ministerio de Gobierno han declarado que todo el caso fue armado y dirigido por el Poder Ejecutivo no deja dudas de cuan bajo se ha caído. Los grupos de choque del MAS reminiscentes de los camisas pardas nazis tienen entre sus logros el cerco a Santa Cruz, la toma de la prefectura de Cochabamba y la toma de la gobernación de Pando. En economía han creado una inseguridad jurídica que se disimula por el buen momento de los precios internacionales de nuestras materias primas, pero que en el futuro nos pasará factura.
Este gobierno ha dejado en coma a la democracia, el estado de derecho y las instituciones republicanas del país. Sin embargo un artículo de don Pedro Shimose (La COB y el Maestro Lechín, ED, 15/08/14) sirve para tener una perspectiva histórica al respecto. En dicho artículo Shimose recuerda los campos de concentración y la invasión Ucureña a Santa Cruz de los gobiernos de Víctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Zuazo. Los abusos de estos gobernantes fueron mayores a los de Evo Morales: si el MAS mando campesinos a Cobija, el MNR mando Ucureñas a Santa Cruz; si el MAS utiliza la justicia para perseguir y encarcelar opositores con juicios prefabricados, el MNR creo campos de concentración donde mató, torturó e hizo desaparecer a sus adversarios. Lo mismo se puede decir de la dictadura de Hugo Banzer y sin embargo los partidos que fundaron, MNR y ADN, fueron los más importantes de la reciente historia democrática de Bolivia y abundan quienes consideran a estos personajes como grandes estadistas. Paradójicamente quienes integraron estos partidos fundados por dictadores totalitaristas son quienes denuncian el autoritarismo del MAS. Al parecer en Bolivia la cultura democrática es muy pobre, la memoria es débil y no nos debería extrañar si Evo Morales pasa a la historia como uno de los grandes líderes nacionales junto a Estenssoro y Banzer.
Santa Cruz de la Sierra, 23/08/14
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martes, 19 de agosto de 2014

La importancia de la religión

Javier Paz García
Uno de los fenómenos sociales más destacables de los siglos XX y XXI es la decadencia del fervor religioso en el mundo occidental. No voy a elaborar sobre los aspectos positivos de este fenómeno, sino sobre los que a mi parecer son negativos.
Uno de los hechos más trágicos de la existencia es su temporalidad. Nuestra vida en la tierra tiene como consecuencia ineludible la muerte y ante esta perspectiva es difícil encontrar un sentido trascendental a nuestra existencia. Es entonces difícil no caer en el hedonismo, el egoísmo e incluso el desprecio por el prójimo. Ser ateo o agnóstico no es sinónimo de ser malvado o inmoral, pero llegar a tener respeto por la vida ajena, practicar valores como la honestidad, la búsqueda de la verdad, la generosidad, el amor al prójimo, y encontrarle sentido a la vida propia sin creer en la existencia de un dios y una vida posterior no es fácil y es algo que requiere de mucha meditación, espíritu crítico e incluso mucho estudio; es decir, requiere de una vocación filosófica poco común en las personas.
La religión cumple un rol fundamental para la mayoría de la gente porque, al prometernos la existencia de un Dios y una vida eterna, da sentido a la existencia e impone un código ético que permite la convivencia pacífica entre los seres humanos (aunque muchas guerras han tenido origen religioso). Además la religión ayuda a sobrellevar el sufrimiento y la injusticia, porque es más tolerable pensar que los miles de niños que mueren de hambre en el mundo, las personas que sufren abusos y los que viven en la pobreza serán recompensados, mientras que los asesinos, ladrones, tiranos y abusivos serán castigados; es más reconfortante pensar que un ser querido que murió, en realidad no murió; y es indignante pensar que un maleante pueda tener una vida larga y placentera, mientras que tantos inocentes sufren y perecen injustamente. La creencia en Dios, en la justicia divina y en la vida eterna resuelve, aunque sea psicológicamente, estas situaciones.
Una de las tragedias de nuestra época es la pérdida de la religiosidad, pero sin la necesaria reflexión interior que reemplace a la ética religiosa. La consecuencia son un incremento de la criminalidad, desprecio por la vida ajena, más divorcios y familias disfuncionales, crisis personales, depresiones y suicidios o la búsqueda de fama, riqueza poder y placer como mayores objetivos de vida.
El mundo occidental satisface mejor que nunca las necesidades materiales pero sus habitantes cada vez se sienten más perdidos, solos y vacíos.
Santa Cruz de la Sierra, 17/08/14

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miércoles, 13 de agosto de 2014

Techo pa´ sacar pecho

Javier Paz García
La mayoría de las personas nacemos sin poseer una casa. Una vez empezamos a trabajar y más si formamos una familia es natural que queramos tener nuestra propia casa. Para ello ahorramos y sacamos un crédito. La casa se convierte así en el fruto de nuestro trabajo, esfuerzo y capacidad de ahorro. La construcción de viviendas es una actividad donde el mercado es bastante eficiente, pero sin embargo, los gobiernos a menudo creen que lo pueden hacer mejor, aunque sus resultados son generalmente magros.
Para ejemplo, el actual gobierno de Bolivia ha construido en todo el país 53 mil casas en ocho años. En cambio solo en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra dos empresas, Techo, y El Pahichi, deben haber comercializado más de 100 mil lotes en los últimos 10 años. Si a esto le sumamos los cientos de emprendimientos más pequeños, la comercialización de lotes para gente de escasos recursos debe superar las 200 mil unidades.
Por supuesto, quienes llevan a cabo estos emprendimientos no lo hacen por beneficencia, sino para lucrar y sabemos que el momento en que el negocio deje de ser lucrativo, no harán una sola casa más. Y nos debe alegrar que ganen, para que sigan teniendo los incentivos de construir casas en beneficio de las personas de escasos recursos. Quien compra un lote, lo hace luego de haber comparado precios y opciones de financiamiento de la competencia, luego de haber evaluado los pro y los contra de la ubicación, etc. El negocio surge del esfuerzo y ahorro de las partes y ganan el comprador y el vendedor quienes de manera voluntaria realizan una transacción, donde intercambian el fruto de su propio esfuerzo y ahorro, sin perjudicar a nadie más, sin robar o usurpar el trabajo de nadie más.
No ocurre lo mismo con las viviendas estatales donde gana quien le vende los terrenos con sobreprecio al Estado, gana quien obtiene la licitación para construir, gana el burócrata que recibe su tajada por comprar el terreno con sobreprecio y adjudicar la obra a su socio secreto, gana quien recibe una casa como favor político sin haber trabajado para ello. Y todo esto se realiza con dineros públicos, dineros que no produjo ni el político, ni el burócrata, ni el beneficiario de la vivienda, sino todos los contribuyentes al erario nacional. Ganan unos pocos a costa del esfuerzo ajeno, el esfuerzo de todos los demás.
Santa Cruz de la Sierra, 10/08/14

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viernes, 8 de agosto de 2014

¿Qué son los fondos buitres?


Javier Paz García
Un Estado puede emitir bonos para conseguir financiamiento. Un bono es simplemente una deuda, similar a la que una persona puede tener con un banco.
Una característica de los bonos, es que pueden ser revendidos. Argentina vende bonos a A y luego A los revende a B. El traspaso del bono de A a B, no elimina la obligación del Estado de pagar, simplemente transfiere esa obligación con todas sus cláusulas al nuevo dueño del bono.
El año 2001, Argentina dejó de pagar su deuda. El 2005 ofreció a los tenedores de bonos pagarles con un descuento del 66,3%. Es decir, si usted le había prestado 100 dólares a la Argentina, el Estado ahora le iba reconocer una deuda de 33,7 dólares. El 93% de los tenedores de bonos aceptaron el acuerdo. Pero el resto se negó y decidió iniciar un juicio para conseguir el pago total de lo que se les adeudaba.
Volviendo para atrás, luego de que Argentina dejó de pagar su deuda, ciertas entidades financieras adquirieron bonos argentinos de terceras personas a un precio menor al de la emisión original. Para dar un ejemplo, digamos que Pedro compró un bono argentino por $us 100. Luego de que Argentina dejó de pagar su deuda, Pedro, decidió vender su bono a Juan por menos de 100 dólares, antes que quedarse en la incertidumbre e incluso arriesgarse a no recibir nada. Cuando Argentina quiso pagarle a Juan 34 dólares, Juan se negó y le entabló un juicio. La demanda la hizo en Nueva York, el lugar que estaba indicado en el prospecto del bono que Argentina había aceptado voluntaria y soberanamente. Ahora Argentina llama a Juan un fondo buitre, por negarse a recibir menos de los que Argentina recibió por esos bonos.
Hay que acotar que es irrelevante el precio en que Pedro le vendió el bono a Juan. Lo relevante es que Argentina se comprometió a pagar 100 dólares más intereses cuando emitió ese bono, a quien sea el dueño del mismo y que aceptó que las controversias se juzguen en Nueva York. Venir ahora con patrioterismos de lucha por soberanía, o llamar buitres a quienes solo demandan que Argentina cumpla con su palabra y devuelva lo que le fue prestado, no es más que politiquería propia de estos tiempos donde quienes incumplen su palabra y estafan quieren figurar como inocentes víctimas.
Santa Cruz de la Sierra, 03/08/14
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miércoles, 6 de agosto de 2014

Las leyes y el trabajo infantil


Javier Paz García
En mi nota anterior señalé que el trabajo infantil no se erradica con leyes, sino con una sistemática mejora en las condiciones económicas y que prohibir el trabajo infantil sirve de poco o nada. En realidad prohibir el trabajo infantil pone a los niños trabajadores en una peor situación. En primer lugar desde una perspectiva de oferta y demanda, la prohibición hace que muchas de las personas que inicialmente están dispuestas a contratar niños, dejen de hacerlo. Esto reduce la demanda laboral de niños y por tanto estos tienen menos opciones de trabajo y posiblemente menores salarios. Por otro lado, la prohibición, al imponer multas pecuniarias y penales a quienes contraten niños, hace más costosa su contratación, tanto por el mayor riesgo, como por los mecanismos que el contratante tendrá que utilizar para no ser encontrado por la ley, deprimiendo aun más los salarios. Finalmente, la prohibición hace que la gente menos proclive a delinquir deje de contratar niños, dejando como potenciales empleadores a los más inescrupulosos, abusivos y violentos (lo mismo sucede con la prohibición de drogas). En otras palabras la prohibición de contratar niños disminuye sus salarios y aumenta sus riesgos. Esto no es mera teoría, por ejemplo en Bangladesh a principios de los 90, miles de niños fueron despedidos de industrias manufactureras debido a que las transnacionales a las cuales les vendían se negaron a aceptar productos hechos por niños. Estudios posteriores mostraron que muchos niños despedidos terminaron trabajando en peores condiciones e incluso en prostitución y semi esclavitud.
Por supuesto que lo ideal sería que ningún niño trabaje, y que reciba una educación adecuada. Pero la opción para muchos niños no es ir al colegio o trabajar, sino trabajar o morir. Entonces lo que uno tiene que evaluar es la alternativa entre que los niños tengan un trabajo medianamente decente o dejarlos en una situación de mayor peligro, ya sea trabajando con gente inescrupulosa, trabajando por su cuenta o mendigando en las calles expuestos al clima, al tráfico vehicular y a la influencia de drogadictos y abusadores.
Pocas cosas son tan triste como un niño trabajando, robado de su niñez y su educación. Si yo me opongo a que los gobiernos prohíban el trabajo infantil, no es por insensibilidad o ánimo de lucro, sino porque en general dichas leyes terminan empeorando la situación de los niños a quienes pretenden ayudar.
Santa Cruz de la Sierra, 26/07/14
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