Javier Paz
García
Si
hay algo que le gusta a Evo Morales es victimizarse. Desde sus inicios en los
sindicatos cocaleros hasta su ascensión a la presidencia, una constante de la
estrategia propagandística de Evo ha consistido en presentarse como la víctima.
Inmediatamente después de ganar las elecciones se paseó con la misma chompa por
todo el mundo contando que Bolivia era una especie de Sudáfrica donde se
practicaba el apartheid, donde a los indios que aprendían a escribir se les
cortaban las manos. Sin negar que en Bolivia existe racismo y discriminación
como lo existe en todo el mundo, debemos dejar claro que esa versión de Evo es
muy alejada de la realidad y responde a una estrategia de victimización que es casi
un leitmotiv suyo.
Un
comportamiento muy común en los seres humanos es el de sentirnos causantes de
nuestras victorias y víctimas de nuestros fracasos. Evo lleva esta actitud
hasta la hipérbole. Todo lo bueno que sucede en su país, e incluso en el
planeta tierra y por qué no, también en el universo sideral es consecuencia de su
sabiduría y accionar. Por el contrario, nada es su culpa. Todo lo malo que pasa
es culpa del imperio, de la oligarquía, etc. ¡Hasta los terremotos son culpa
del capitalismo! A cada rato inventa conspiraciones de las cuales dice tener
pruebas que nunca presenta.
Cuando
en Bolivia abundan los casos de corrupción y extorsión que involucran a personas
del más alto nivel del gobierno, cuando la violencia y la inseguridad ciudadana
no dan tregua, cuando los movimientos indígenas y obreros que creyeron en
cantos de sirena empiezan a desencantarse, cuando abundan obras fantasmas, o
construcciones a medias para las cuales ya se han hecho todos los desembolsos, cuando
luego de siete años de gobierno no se le puede seguir echando la culpa a los
predecesores, cuando no hay DEA, ni embajador de Estados Unidos, ni oposición a
quien culpar de tantos problemas que sufre el país, entonces sucede el
incidente del avión que le cae como anillo al dedo al presidente. De pronto
todos los problemas cotidianos pasan a segundo plano y vemos a Evo Morales
nuevamente en su mejor papel, el de víctima. The show must go on.
Santa Cruz de la
Sierra, 07/07/13
http://javierpaz01.blogspot.com/
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