Javier Paz García
Hace un par de semanas escuché a la señora Amalia Pando sugerir que se eleven los impuestos sobre los vehículos viejos o que se prohíba su importación. Esto para descongestionar el tráfico vehicular en la ciudad de La Paz. Nunca imaginé que nadie hiciera caso a semejante despropósito, pero un par de semanas después el Presidente Evo Morales, seguramente asesorado por uno de los peores ministros de hacienda de América Latina, lanza un decreto prohibiendo la importación de vehículos viejos.
El sentido común nos lleva a la conclusión que la prohibición de importación de autos viejos tiene como resultado que muchas personas de bajos ingresos que en la actualidad tienen la posibilidad de adquirir un vehículo, ya no podrán hacerlo en el futuro. Esto porque los vehículos viejos, “coincidentemente” son también los más baratos, por lo que el decreto del Presidente Morales es análogo a prohibir vehículos baratos en el país.
Esto perjudica a las personas más pobres que hubieran deseado comprar un vehículo barato en los próximos años, pero también beneficia a las personas con ingresos más altos, como ser Amalia Pando, Evo Morales y Luis Arce Catacora, quienes con seguridad, no andan en cacharros y a quienes además les molesta que la gente pobre pueda acceder a un vehículo que termine congestionando el tráfico paceño.
A la larga muchas personas que hubiesen adquirido un vehículo, sea para uso particular o para trabajar de taxi o minibús, ya no lo harán. Por lo tanto, en unos cuantos años, la diminución en la oferta de vehículos, puede causar una disminución en la oferta de transporte público y a la vez una mayor demanda de transporte público. Reiterando lo anterior, las personas que hubiesen comprado un cacharrito pero que a causa del decreto ya no pueden acceder al mismo, tendrán que usar transporte público, pero a la vez, por causa del decreto, el número de vehículos dedicados al transporte público va a tender a disminuir. Habrá por lo tanto una falta de oferta de transporte público y una sobredemanda de transporte público lo que causará un “desabastecimiento de transporte público” y un posible encarecimiento de las tarifas de los taxis y minibuses.
Pero eso no le importa mucho a la señora Amalia Pando, ni a Arce Catacora, ni a Evo Morales (a Evo puede que le importe, pero como no sabe mucho de economía, y su ministro de hacienda parece no explicarle mucho, entonces puede lanzar este tipo de decretos). De hecho, como lo dijo la señora Amalia Pando implícitamente, ella quisiera que disminuyesen la cantidad de taxis, minibuses y otros cacharros atiborrando las calles paceñas, para que ella pueda circular sin tráfico… y los pobres, ¡a caminar!
Lo tragicómico es que son estos mismos charlatanes quienes dicen velar por el bien del pueblo, luchar por los pobres, enfrentarse a los ricos, etc., etc. Y seguramente tendrán su forma de luchar por los pobres, pero aparentemente entre sus planes, no está el permitirle a los pobres la posibilidad de adquirir un autito, aunque sea cacharro, porque eso puede congestionar el tráfico y causar molestias a un Presidente demagogo, a un Ministro aplazado y a una periodista del oficialismo.
La Paz, 18/12/08
miércoles, 7 de enero de 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
O que mais impressiona é que tenham aprovado um decreto como este, que afetará diretamente a rotina de todos os bolivianos sem o menor planejamento.Sem se dar conta que uma medida destas interfere em uma série de outros aspectos.Sempre volto a me questionar, não há uma forte classe empresária no país?A classe empresária é que financia tudo e por este motivo pode refrear medidas descabidas como esta.
Saludos!
Publicar un comentario