Javier Paz García
No fue Alan García el primero en decirle a Evo que cierre la boca. De hecho los comentaristas en Bolivia vienen sugiriendo desde el comienzo de su gestión que el presidente Morales cuide sus palabras y evite esas incontinencias verbales que lo caracterizan. Probablemente se puede escribir un libro con todos los artículos de opinión que existen sobre el tema. En algunos, los autores son muy críticos del presidente, en otros son más condescendientes y optimistas de que el Primer Mandatario boliviano no vuelva a cometer deslices al hacer declaraciones públicas. Luego de más de dos años de gestión hay pocos motivos para ser optimista al respecto.
Fiel a su estilo, en días pasados Su Excelencia nos ha dado un festín de anécdotas jocosas. De manera totalmente innecesaria se estrelló contra el Presidente del Perú, y alentó protestas en el país vecino, cometiendo una clara injerencia en la política interna peruana. Por lo visto, llamar a Alan García gordo y antiimperialista no fue suficiente para Evo Morales sino que también lo calificó como neoliberal, al decir que él no pide disculpas a neoliberales. Habría que hacerle notar al presidente Morales que uno pide disculpas a otra persona, cuando uno ha cometido un error y tiene la suficiente hombría y humildad de admitirlo. Decir que uno no pide disculpas a neoliberales es análogo a decir que uno no pide disculpas a otro por ser negro, judío, gringo o pobre. Es simplemente una muestra más de la extrema soberbia del presidente boliviano, que para nada hace gala de la cultura de diálogo y paz a la que dice pertenecer.
Pero más jocoso aun es su congratulación a las FARC y a Hugo Chávez por la liberación de Ingrid Betancourt y otros rehenes. Su Excelencia declaró públicamente que las FARC habían liberado a los rehenes, y que había que agradecer también al presidente venezolano por sus buenos oficios. Por lo visto al presidente Morales no le informaron que las FARC no entregaron a los rehenes, sino que fueron rescatados en un operativo del ejército colombiano. Su Excelencia mostró una desinformación total y ciertamente hizo el ridículo al hacer semejante declaración. Y aunque para nosotros los bolivianos no es nada nuevo que el presidente Morales haga declaraciones desubicadas, no me imagino que pensarán en el exterior cuando escuchen a nada más y nada menos que el Presidente de Bolivia felicitando a las FARC por liberar a Ingrid Betancourt. ¡Qué irán a pensar los colombianos de nuestro presidente! Seguramente valorarán la sabiduría, la prudencia y los amplios conocimientos que demuestra el mandatario boliviano, y sentirán envidia de no tener un presidente así. Similar situación debe suceder en Perú.
Ya el canciller boliviano declaró en una oportunidad que Evo era la luz del mundo, y dada la locuacidad del Primer Mandatario boliviano, seguramente seguirá sorprendiendo a propios y extraños con su sabiduría y clarividencia… aunque mejor sería que fuese un poco más humilde y siga el sabio consejo de su homólogo peruano.
La Paz, 03/07/08
1 comentario:
Calma Javier, lo mismo se pasa con mi querido y ignorante presidente.
Continuo te acompanhando por aqui.
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