Javier Paz García*
La inflación es simplemente el aumento de precios. Así de sencillo. Cuando los precios aumentan hay inflación, cuando hay inflación quiere decir que los precios aumentan. Entonces cuando escuchamos a personas del Gobierno decir que hay un aumento de precios pero no hay inflación solo podemos interpretarlo de dos maneras: son unos completos ignorantes sobre el tema o intentan mentir y confundir a la población.
Pero ya pasó la época en que el Gobierno intentaba negar que había inflación, diciendo que simplemente había un aumento de precios. Hoy admite que hay inflación y recién después de meses en que la población le viene dando el grito de alerta, es que decide hacer algo al respecto, pero veamos qué hace.
Primero veamos las causas de la inflación usando la lechuga como ejemplo. Si por alguna razón la gente empieza a consumir más lechuga, su precio va a subir. El aumento del consumo puede darse por un aumento del circulante en la economía (como argumenta el Gobierno) o si sale un estudio que dice que la lechuga cura el cáncer, o si a mucha gente se le da por hacer dieta. Este aumento de precios crea un incentivo en los productores de lechuga para incrementar su producción, pero esto no ocurre de la noche a la mañana, sino que toma una temporada, por lo tanto, el precio de la lechuga seguirá alto hasta que la producción haya aumentado lo suficiente para abastecer la nueva demanda.
Por otro lado, si los costos de producción suben, el precio de la lechuga también va a subir. Entonces, si el precio de los fertilizantes sube, o si existe desabastecimiento de combustible, etc., necesariamente el costo de la lechuga va a subir (nadie produce algo que le costó un boliviano para luego venderlo por cincuenta centavos).
Dentro de esta misma lógica, si el agricultor tiene una hectárea de lechuga y pierde media hectárea por una inundación, el precio de su lechuga tiene que subir porque el agricultor debe cubrir el costo de una hectárea completa, con la venta de solamente media hectárea. Por otro lado, si existe un desabastecimiento general, pero la gente sigue demandando la misma cantidad que antes, el precio va a subir, hasta que suficientes personas ya no compren lechuga por estar muy cara, es decir, hasta que la demanda iguale a la oferta.
En Bolivia hemos pasado de una época de inundación a una de sequía que ha sido desastrosa para la producción nacional. A esto hay que agregar que le Gobierno ha hecho poco o nada para paliar esta crisis y más bien la ha exacerbado con políticas que aumentan la inseguridad jurídica y desincentivan al productor. Esto ha ocasionado un desabastecimiento que ha encarecido los precios de la canasta familiar, es decir, ha causado inflación.
Desgraciadamente el Gobierno ha decidido que la solución no es apoyar al aparato productivo, para que aumente su producción. En vez de ello, ha decidido que hay que quitarles dinero a las familias bolivianas para que ya no puedan comprar tantos productos como antes, hay que gravar un impuesto del 1% a las remesas, hay que postergar el Juancito Pinto. Para las familias afectadas por estas medidas, aparte de que todo está más caro, sus ingresos se ven disminuidos, por lo tanto reciben un golpe doble a sus bolsillos. Es decir que la solución del Gobierno es generar más pobreza para que la gente no gaste tanto.
Es lamentable ver un Gobierno que prefiere dañar al pueblo antes que ayudar al productor, que toma medidas que agravan la crisis de los hogares bolivianos y que parece no sentir la mínima compasión por aquellos que viven el día a día. Un gobierno que hace política y no gestión.
Santa Cruz de la Sierra, 04/10/07.
El Deber, 09/10/07.
*Master en economía
jueves, 4 de octubre de 2007
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