Javier Paz García
René Descartes (1596-1650) es considerado el padre de la filosofía moderna. Matemático, científico, filósofo. Unió la geometría y el álgebra para crear la geometría analítica (aquél que se aplazó en matemáticas porque no pudo trazar la línea de una ecuación en un plano cartesiano, puede culpar a Descartes por ello). Fue, entre otras cosas, el creador del sistema de coordenadas también conocido como plano cartesiano, fijó las bases del método científico y del racionalismo filosófico, inventó un Genio Maligno y probó falazmente la existencia de Dios. Descartes es sin duda un referente del pensamiento occidental y su obra es influyente hasta nuestros días.
Pero son sus Meditaciones Metafísicas las que motivan este artículo. En ellas Descartes nos invita a hacer algo aparentemente sencillo y sin embargo absolutamente radical, algo capaz de causar una verdadera revolución en nuestra concepción del cosmos, del mundo y de nosotros mismos: nos invita a dudar. Comienza su Primera Meditación diciendo:
Algunos años atrás quedé sorprendido por la cantidad de falsedades que yo había tomado como ciertas en mi niñez, y por la naturaleza bastante dudosa del edificio que había construido basado en ellas. Me di cuenta que era necesario, una vez en el transcurso de mi vida, demoler todo completamente y comenzar desde los cimientos…
Con esa introducción el autor se da a la tarea (y nos invita) a rechazar todo concepto del cual tengamos razón para dudar, no con el afán de destruir, sino con el de construir desde la certidumbre y la razón. Descartes nos arenga a que nos preguntemos por qué. ¿Por qué creemos lo que creemos? ¿Existo? ¿Existe el mundo sensorial que siento a mí alrededor? ¿Existe Dios? ¿Por qué llueve? ¿Por qué amo? ¿Por qué odio? ¿Por qué la polera que llevo puesta es azul? ¿Es verdaderamente azul o es una ilusión de mis sentidos? ¿Por qué se dobla un lápiz al ser introducido en un vaso de agua? ¿Verdaderamente se dobla o es una ilusión de mis sentidos?
La invitación de Descartes no es fácil de aceptar y los retos que plantea no pueden ser resueltos en un par de horas. Es más bien una invitación de por vida. Su objetivo tampoco debe ser el de llegar a la razón absoluta. Existen preguntas que probablemente nunca responderemos satisfactoriamente. ¿Si existe Dios, como puede haber sufrimiento e injusticia? ¿Si no existe Dios, de donde venimos y hacia adonde vamos? ¿Por qué reímos? ¿Qué queremos? ¿Qué debemos querer? ¿Qué es bueno o malo? ¿De qué color es el caballo blanco de Napoleón?
Este ejercicio cartesiano no será capaz de despejarnos de toda duda, sin embargo nos puede ayudar a deshacernos de muchos dogmatismos y prejuicios infundados, de valores y metas impuestas por otros, de errores que restan a nuestra felicidad. Practicar la duda, cuestionar, meditar, preguntarnos el por qué de las cosas puede hacernos mejores profesionales, mejores empleados, mejores jefes, mejores padres, mejores esposos, en fin, personas más plenas en el ejercicio de nuestra libertad.
Santa Cruz de la Sierra, 31/10/07
El Deber, 06/11/07
miércoles, 31 de octubre de 2007
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6 comentarios:
Creo que no se trata sólo de un ejercicio, es algo necesario para hacer las diferencias necesarias, a mí particularmente me ha ayudado mucho en mi trabajo y pude cambiar un procedimiento internacional de 1952 y que nadie se había preguntado por qué lo seguían usando...
Saludos
Qué interesante!
Podría recomendarme algunos libros para profundizar en el tema?
Jazmine
Don juan, muchas veces la razón para seguir haciendo las cosas de cierta forma es que siempre han sido hechas así. Esto es cierto en todos los aspectos de la vida y del trabajo. Los que son capaces de preguntarse el por qué de las cosas y salir del hábito y la costumbre, son los que hacen la diferencia y triunfan.
Jazmine, ¿te interesan los libros de filosofía o de superación personal? Si te interesa la filosofía y no tenés ninguna base, podrías comprarte algún libro universitario que te de una noción general. También te recomiendo “El mundo de Sofía” que yo no he leído, pero que sé que es muy bueno y muy entretenido. Personalmente me fascinó “A history of western philosophy” de Bertrand Russell pero no sé si existe la traducción en español.
Si lo que buscás son libros de superación personal, yo no sería la persona adecuada para darte recomendaciones, pero he leído “Tus zonas erróneas” y es muy bueno. “Los 7 hábitos de personas altamente efectivas” es muy famoso y probablemente lo lea en el futuro. Si te interesan libros de superación personal, NO te recomiendo que leás Descartes, te vas a aburrir.
Cualesquiera que sea tu preferencia, bienvenida al fascinante mundo de la filosofía y el conocimiento.
Saludos y gracias por los comentarios.
Busco una sola verdad e igual que Ptolomeo que al encontrar un punto fijo amenazó con levantar el mundo, Descartes prometió reformar todo el pensamiento humano con solo una verdad; mis respetos por su implacable racionalismo:
"De todo puedo dudar, menos de que estoy dudando", fue la base de su cogito ergo sum, que sin lugar a dudas nos cambió el mundo.
Me dejaste con la curiosidad del motivo de tu desvelo....
Saludines!
Claudia, éste fue el motivo de mi develo. Llevaba meses con la idea de escribir un artículo sobre Descartes (y otros temas). La flojera y la coyuntura política me lo impidieron hasta que decidí que el Gobierno siempre nos va a tener jodidos y por tanto si voy a esperar a una mejor coyuntura para escribir y publicar temas no políticos, me voy a morir esperando. La obsesión, la inspiración y el insomnio hicieron el resto.
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