Javier Paz García
La Asamblea Constituyente fracasó; sin embargo, el Congreso ha ampliado su duración hasta el 14 de diciembre. Muchos nos preguntamos por qué ampliar una Asamblea que ha dividido al país, en la cual no se vislumbran consensos en los temas fundamentales como visión de país o autonomía, que ha estado plagada de abusos e intentos hegemónicos por parte del oficialista Movimiento al Socialismo y que en un año de ‘trabajo’ no ha aprobado un solo artículo.
Con tales antecedentes es casi obvio concluir que el Congreso no debió dar una prórroga. Veamos algunas razones del por qué esta conclusión no es tan obvia.
Comencemos con la premisa de que el Movimiento al Socialismo no tiene problemas en pisotear las leyes si se le permite hacerlo; la proclamación de una Asamblea originaria y plenipotenciaria, el intento de aprobar por mayoría absoluta, la intención de menoscabar las autonomías departamentales, la quema de la prefectura en Cochabamba, el cerco a Tarija y muchos otros actos son prueba contundente de ello.
Si la oposición decidía que la Asamblea acababa el 6 de agosto, para ser consecuente, tendría que haber retirado a sus asambleístas el 7. El mismo 7 el MAS, invocando el carácter originario y plenipotenciario de la Asamblea, hubiese declarado la prórroga de la misma y en algunos días hubiese aprobado una constitución con los dos tercios de los miembros presentes como manda la ley. Con esto, ni la comunidad internacional, ni el chapulín colorado, ni Mandraque nos hubieran salvado de una constitución totalitarista y comunista hecha al gusto del Movimiento al Socialismo. ¿O acaso la comunidad internacional hizo algo cuando la oposición en Venezuela se retiro de los comicios y Chávez ganó con casi el 100%? El resultado es que ahora la Asamblea Nacional de Venezuela es completamente chavista y no existen contrapesos en la ‘democracia’ venezolana. Pero no tenemos que ir hasta Venezuela para buscar ejemplos. Cuando la oposición decidió abandonar el Congreso como forma de presión, el MAS aprobó los contratos petroleros entre gallos y media noche, probablemente sobornando a dos congresistas; no podemos ser tan ingenuos como para pensar que no harían lo mismo en la Constituyente. Por tanto, era absolutamente vital que los asambleístas de oposición no se retiraran.
El haber pedido una prórroga al Congreso revela la naturaleza derivada de la Asamblea y crea jurisprudencia. Con esto se vino abajo todo ese cuento de originaria y plenipotenciaria.
La ley de ampliación muestra que la oposición tiene voluntad para sacar la Asamblea adelante. A pesar de que fue el MAS el gran culpable del fracaso de la Asamblea, ellos hubieran tratado de culpar a la oposición. Cualquiera que ha visto una hora de Televisión Nacional, sabe que no tienen los mínimos escrúpulos para mentir y manipular la información. Ahora la responsabilidad de lograr una Asamblea exitosa recae principalmente sobre el MAS.
La ley de ampliación pone reglas estrictas para evitar abusos de parte del MAS: se tienen que respetar los dos tercios, el resultado de las autonomías debe ser incluido en el texto constitucional, se debe garantizar el libre acceso de los asambleístas a las reuniones, solo la Corte Nacional Electoral podrá usar recursos del Estado para hacer propaganda sobre los referendums y ésta debe ser imparcial y las ONG’s que trabajan en la Asamblea tendrán que registrar sus actividades.
Se evitan posibles enfrentamientos que hubieran sucedido si la Asamblea se clausuraba el 6 de agosto.
Finalmente, se da una oportunidad más para conseguir una constitución que toda Bolivia anhela y necesita, donde todos sean iguales ante la ley, con autonomías departamentales, con una visión de progreso y desarrollo sostenible.
Santa Cruz de la Sierra, 10/08/07.
viernes, 10 de agosto de 2007
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