Javier
Paz García
No es inusual que en nuestra niñez o adolescencia
hayamos tenido sueños de mejorar el mundo. Con el tiempo y el aumento de las
responsabilidades esos sueños van mermando para dar paso a conseguir un trabajo
para pagar las cuentas, cuidar a los hijos, etc. y muchos renuncian a construir
un mundo mejor. La moda de la responsabilidad social empresarial, va en la
línea de querer aportar a este propósito. En el artículo The boss factor: Making the
world a better place through workplace relationships Tera Allas y Bill
Schaninger de la consultora McKinsey sugieren que “los negocios que buscan
hacer una contribución externa deberían, paradójicamente, mirar hacia adentro:
mejorar la satisfacción de los trabajadores podría ser la contribución más
importante que pueden hacer”. Según el artículo, un factor importante de
bienestar en la vida de las personas es la satisfacción en el trabajo, la cual
a su vez depende en gran parte de qué tipo de relación tienen las personas con
su jefe inmediato. No hay nada sorprendente en este hallazgo: pasamos un tercio
de nuestras vidas en el trabajo y si no tenemos una buena relación con nuestros
jefes, es lógico que disminuya nuestro bienestar general. Mejorar la
satisfacción de los trabajadores no solo es bueno para los empleados, sino que
se traduce en menor giro de personal, mayor productividad y rentabilidad.
Un liderazgo al servicio de las personas, que busca
cómo hacer la vida más fácil para los colaboradores, que genera un ambiente de
respeto, confianza y autonomía es una de las formas en que cualquiera que tiene
personas bajo su cargo puede contribuir a un mundo mejor.
Santa Cruz de la Sierra, 04/10/20
http://javierpaz01.blogspot.com/
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