Javier Paz
García
La
democracia es un sistema que permite resolver pacíficamente las luchas de
poder. Pero para ello depende de que se respeten los derechos civiles y políticos.
La asunción de Hugo Chávez al poder significo la continua socavación de los
derechos y libertades básicas de la ciudadanía, la concentración del poder en
manos del grupo gobernante y la persecución política de aquellos que pudieran
representar una amenaza para el régimen. El caudillo utilizó los vastos
ingresos petroleros para crear un Estado de Bienestar mediante las denominadas
misiones, que son programas de ayuda a los sectores más pobres de la sociedad
venezolana; de esta forma capturó gran parte del electorado del país. A su vez
manejó un discurso típico del socialismo, enfatizando la lucha de clases y
culpando a las clases medias y altas por la pobreza de las clases bajas. Este
discurso fue acompañado de confiscaciones arbitrarias de la propiedad privada,
persecuciones políticas, privaciones de la libertad sin causa justa ni debido
proceso, regulaciones que ahogaron al sector empresarial, competencia desleal y
la formación de un empresariado corrupto creado por los familiares y amigos de
los burócratas. Estas injusticias fueron justificadas por el gobierno en parte
como revancha por el pasado presuntamente explotador de los políticos y
empresarios damnificados y en parte como necesarias para financiar los
programas gubernamentales y alcanzar la igualdad y justicia social. Lo cierto
es que el gobierno no necesitaba confiscar nada para financiar sus misiones, ya
que sus amplios ingresos petroleros eran más que suficientes a tal punto que
sigue regalando buena parte de ellos a Cuba y a otros países con alineación
ideológica. Pero la persecución política y el cerco económico sirvieron para
acabar por muchos años con cualquier posibilidad de lograr un frente
democrático capaz de enfrentar al aparato estatal. Hoy Venezuela está dividida
entre quienes reciben una renta o beneficio por parte del Estado y no sienten
la pérdida de sus derechos civiles y políticos por estar circunstancialmente
alineados con el partido de gobierno y quienes han sido víctimas de los abusos
del gobierno, han perdido sus trabajos y sus bienes, han visto cada vez más
difícil procurar el pan de cada día y solo reciben palo e insultos de parte de
los burócratas en el poder. Las dos últimas elecciones indican que el pueblo
venezolano está dividido casi por la mitad entre ambos grupos.
Santa Cruz de la
Sierra, 28/04/13
http://javierpaz01.blogspot.com/
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