Javier Paz
García
La
prosa poética de Hernando García Vespa (Magdalena, Beni 10/08/1927 – Santa Cruz
de la Sierra 13/02/2012) es notable no solo por su calidad estética y su fino
manejo de la lengua castellana sino también por su mensaje ético: “La palabra
nos fue dada como don para expresar amor, belleza y alegría. Si no vas a decir
nada que colme el aliento y el corazón de tu prójimo, cállate. Guardia
silencio. El mundo está lleno de amargura, para que agregues las gotas de tu
acíbar al pozo de las desesperanzas”. García Vespa le canta a la vida y nos
convoca a aprovecharla con pasión, con esperanza pero sobre todo con amor: “El
amor es al alma lo que el rocío a la flor” por ello, “demuestra lo que puedes en
el amor y no en el odio”. Y es que es
efímero nuestro paso por este mundo como para ocuparlo en rencores y
resentimientos y es “dichoso aquel que al perdonar, olvida”.
Su
prosa intuye o prefigura al amor como una ética panteísta: Amar implica
ejercitar la mesura, la gratitud, la humildad, la cortesía, el respeto, la
caridad hacia el prójimo, hacia la naturaleza y hacia nosotros mismos.
“Perfecciona tu espíritu y halla en tu corazón los tesoros del bien. Respeta y
honra la verdad; cierra la puerta al egoísmo; conserva tu integridad moral y
confía en la Providencia de Dios. Estudia. Mantén tu mente sana. Distánciate
del mal. Vence la duda y el obstáculo. Irradia simpatía y amistad. Ríe. Date al
amor… que es el camino cierto.”
La
lluvia, la flor, el río, la selva indómita, las aves y los animales son una
constante fuente de inspiración y permean su obra. “Árbol, milagro de la
creación, símbolo de la fecundidad, protector de la tierra, prodigio de la
Naturaleza… Padre del fuego y de la lluvia, armonía del paisaje, hogar baldío
del pobre… Nido del ave, ánfora del trino, arca del viento, pureza del
ambiente, raíz, flor, fruto… eso eres, árbol, gloria y magia del verde, sombra
solaz, agua y pan del caminante.” “Mágicos arreboles dibujan en el cielo los
pinceles de Dios. Hechizo del crepúsculo. Olor a tierra húmeda, a greda del
barranco, a lujuria de cabras. Ríos corren hacia el mar como boas inmensas de
topacio. Palpitaciones del follaje. Canto de las cigarras. Geometría del
bejuco. Concupiscencia del colibrí… y la flor. En la perdiz que reina en los
barbechos, la tarde dulcemente silba su tristeza.”
Él
ya partió, pero nos ha dejado una prosa límpida con su mensaje de amor, nos ha
dejado recuerdos de un hombre bondadoso, sereno y meditativo. Me ha dejado la
alegría de haberlo tenido por abuelo.
Santa Cruz de la
Sierra, 09/02/13
http://javierpaz01.blogspot.com/
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