Javier Paz
García
Cuando
surgen problemas, los buenos líderes buscan soluciones, los mediocres buscan
pretextos y chivos expiatorios. El presidente Evo Morales y sus lugartenientes
son maestros de buscar pretextos, chivos expiatorios y atacar a los mensajeros
de las malas noticias. Cada problema que ha tenido la administración de Morales
ha sido atribuido por él y sus allegados al odio racial, a la conspiración del
imperio, de la derecha, de la iglesia católica, de la prensa, de la oligarquía,
etc.
Incluso
cuando los problemas han sido causados enteramente por la ineficiencia, la
ineptitud o la corrupción de sus propios funcionarios sin que medie ni la
oposición, ni la embajada ni todas esas entelequias creadas para distraer a la
opinión pública, el presidente ha insistido en ver conspiraciones.
Un
ejemplo de ello es el caso Ostreicher donde el presidente ya anunció que ve una
conspiración de los Estados Unidos. Por supuesto el presidente Morales no es
creíble. Como el cuento del pastor que daba falsas alarmas sobre la presencia
del lobo hasta que el lobo vino y nadie le creyó, así el presidente Morales ha
elucubrado conspiraciones inverosímiles tantas veces que seguramente ni sus
mismos allegados le creen (aunque repitan lo que dice el jefazo).
Y
siguiendo la línea de buscar pretextos y cortinas de humo, el presidente ha
decido hacer noticia estatizando empresas de distribución de electricidad, para
distraer a la opinión pública del más reciente escándalo de corrupción (de tantos
que ha habido) que implica a altas esferas de gobierno.
En
lógica para desacreditar un argumento se debe probar que es falso; atacar a
quien elabora o expone el argumento es una falacia llamada ad hominem. Esta
falacia es otra forma de distracción frecuentemente usada por la actual
administración. Cuando alguien hace una denuncia contra el gobierno, en vez de
investigar la denuncia, se investiga al denunciante, o mejor dicho, se lo
difama, se lo ataca y se lo desacredita ante la opinión pública. A la prensa,
cuyo rol es precisamente investigar y denunciar los errores de los gobernantes,
le toca recibir las constantes diatribas de Morales, que al parecer cree que
quienes ponen en evidencia los actos de corrupción de su gobierno son tan
culpables y merecedores del escarnio público como quienes los cometen.
Santa Cruz de la
Sierra, 06/01/13
http://javierpaz01.blogspot.com/
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