Javier Paz García
A menudo, cuando se debaten dos posiciones, interviene alguien afirmando que la verdad no se encuentra en ninguna de las situaciones “extremas”, sino en el “justo” medio. La idea de que los extremos son malos y que “lo justo y correcto” está en el medio es admisible en charlas familiares pero no tiene valor científico ni coherencia lógica y por supuesto en un debate formal no es un argumento válido.
Sobre su nulo valor científico doy un ejemplo: dos personas debaten sobre cuánto es 2+2 Juan afirma que 2+2=4 y Pedro que 2+2=3. Según la regla del justo medio, la respuesta correcta sería 3,5. Por otro lado, la regla es inconsistente porque el resultado correcto (el medio) varía de acuerdo a la posición inicial de los extremos. En el ejemplo previo, si Juan cree que 2+2=1 entonces los extremos son 1 y 3 y el medio (la nueva respuesta “correcta”) sería 2. Y 2 no es igual a 3,5, ergo, la regla es inconsistente.
Otro ejemplo del uso inadecuado del justo medio es el siguiente, muy real y muy frecuente por cierto. En los debates de economía política entre liberalismo y socialismo, no faltan los “intelectuales” que descalifican estos “extremos” y apoyados en nada más que un refrán popular, proclaman victoriosos que la verdad se encuentra en el “justo medio” de un sistema mixto. En este caso podríamos incluir el anarquismo en el debate y tendríamos que concluir que el “justo medio” es el liberalismo por situarse entre los extremos del anarquismo y el socialismo. Por supuesto no hay manera más imbécil que ésta de deducir la superioridad técnica o moral del liberalismo.
La idea de llegar a puntos de consenso tiene un valor en el ámbito de la negociación, la política y la diplomacia. En un divorcio o en un conflicto limítrofe entre países no hay duda que llegar a consensos es importante. Si Juan cree que 2+2=4 y Pedro que es 3, y si la consecuencia de no ponerse de acuerdo es que vayan a la guerra o Juan muera en la horca, tal vez es mejor para Juan acordar que 2+2=3,5 ¡pero eso de ninguna manera lo hace lógicamente verdadero! Ni la imposición de la fuerza o la creencia de la mayoría hacen verdadero lo que es falso. Si no pregúntenle a Galileo. La noción de evitar los extremos no es un mal consejo de una madre a sus hijos y tiene su valor en este tipo de contextos, como una fábula que sin ser cierta tiene una moraleja. Pero en un debate serio, donde la lógica debe primar por sobre la retórica y donde se deben presentar argumentos para defender posiciones, es bastante débil y mediocre usar como argumento un simple aforismo. El frecuente uso del citado aforismo como si fuera un teorema o un dogma, es una evidencia de la pobreza de nuestros intelectuales.
Santa Cruz de la Sierra, 21/06/11
http://javierpaz01.blogspot.com/
martes, 21 de junio de 2011
domingo, 19 de junio de 2011
Crisis económica y regulación
Javier Paz García
Los escépticos de la libertad claman por un Estado todopoderoso, que controle todo. No entienden que los grandes logros de la humanidad, los grandes progresos tecnológicos, económicos y sociales se han dado en sociedades donde primaba el respeto por la libertad individual. No hay duda de que existe una ceguera colectiva con respecto a la capacidad benefactora del Estado, análogo al de los enamorados que no ven más que perfección y virtudes en su pareja.
Un síntoma de ese enamoramiento colectivo ajeno a toda evidencia, a toda duda científica, contrario a la realidad histórica, es la exigencia popular de que el Estado regule todo. Y cuando la regulación es ineficaz o contraproducente, la respuesta habitual es exigir al Estado que regule más.
Vamos a citar algunos ejemplos. La crisis financiera de Estados Unidos fue causada por un auge inmobiliario y la facilidad de crédito del sistema bancario norteamericano. ¿Qué causó el auge? 1) Durante los noventa el gobierno implementó leyes que facilitaban el crédito bancario con el objetivo de ayudar a las familias norteamericanas a tener casa propia. 2) Los bancos privados otorgaban crédito sabiendo que el gobierno se los iba a comprar (Fannie Mae y Freddie Mac agencias hipotecarias creadas por el gobierno federal eran las mayores poseedoras de hipotecas) y que si quebraban el gobierno los iba a rescatar (lo cual sucedió). Es decir el gobierno creó lo que los economistas llaman riesgo moral, que en palabras simples es crear las condiciones para que la gente actúe irresponsablemente sabiendo que si algo malo sucede, otro pagará el costo. 3) La Reserva Federal (el Banco Central de los Estados Unidos) mantuvo durante la mayor parte de la década tasas de interés artificialmente bajas para incentivar el crédito y el consumo.
Estas acciones del Estado originaron la burbuja del sector inmobiliario. Paradójicamente la gente clamó por que el mismo Estado responsable de crear la crisis, se convierta en el salvador. No es irrelevante destacar que Estados Unidos en la actualidad se maneja con una irresponsabilidad fiscal propia de algún país africano. Su deuda pública es casi el 100% de su PIB y su déficit fiscal sigue subiendo.
La crisis en Grecia es precisamente una crisis del gobierno griego que gastó y se endeudó por encima de sus posibilidades. Cuando se la acabó la plata y tuvo que pagar los préstamos, sufrió una implosión que hasta ahora puede resolver.
El actual gobierno de Venezuela no se lo puede acusar de ser pro-mercado. Ha creado tanta regulación y centralización que la actividad privada está atrofiada. Y como resultado tiene la inflación más alta de América desde Alaska hasta Tierra del Fuego, y una economía que decrece a pesar de que el precio de su principal producto (el petróleo) está por los cielos. Para que este país vuelva a la senda del crecimiento, será necesario deshacer buena parte de la regulación instituida la última década.
Y podemos citar muchos más ejemplos como los anteriores que muestran como a menudo pedimos a Estados que sean reguladores de actividades donde han mostrado su ineptitud e irresponsabilidad. Esto no es muy diferente a pedirle a un drogadicto que administre una farmacia.
Santa Cruz de la Sierra, 17/06/11
http://javierpaz01.blogspot.com/
Los escépticos de la libertad claman por un Estado todopoderoso, que controle todo. No entienden que los grandes logros de la humanidad, los grandes progresos tecnológicos, económicos y sociales se han dado en sociedades donde primaba el respeto por la libertad individual. No hay duda de que existe una ceguera colectiva con respecto a la capacidad benefactora del Estado, análogo al de los enamorados que no ven más que perfección y virtudes en su pareja.
Un síntoma de ese enamoramiento colectivo ajeno a toda evidencia, a toda duda científica, contrario a la realidad histórica, es la exigencia popular de que el Estado regule todo. Y cuando la regulación es ineficaz o contraproducente, la respuesta habitual es exigir al Estado que regule más.
Vamos a citar algunos ejemplos. La crisis financiera de Estados Unidos fue causada por un auge inmobiliario y la facilidad de crédito del sistema bancario norteamericano. ¿Qué causó el auge? 1) Durante los noventa el gobierno implementó leyes que facilitaban el crédito bancario con el objetivo de ayudar a las familias norteamericanas a tener casa propia. 2) Los bancos privados otorgaban crédito sabiendo que el gobierno se los iba a comprar (Fannie Mae y Freddie Mac agencias hipotecarias creadas por el gobierno federal eran las mayores poseedoras de hipotecas) y que si quebraban el gobierno los iba a rescatar (lo cual sucedió). Es decir el gobierno creó lo que los economistas llaman riesgo moral, que en palabras simples es crear las condiciones para que la gente actúe irresponsablemente sabiendo que si algo malo sucede, otro pagará el costo. 3) La Reserva Federal (el Banco Central de los Estados Unidos) mantuvo durante la mayor parte de la década tasas de interés artificialmente bajas para incentivar el crédito y el consumo.
Estas acciones del Estado originaron la burbuja del sector inmobiliario. Paradójicamente la gente clamó por que el mismo Estado responsable de crear la crisis, se convierta en el salvador. No es irrelevante destacar que Estados Unidos en la actualidad se maneja con una irresponsabilidad fiscal propia de algún país africano. Su deuda pública es casi el 100% de su PIB y su déficit fiscal sigue subiendo.
La crisis en Grecia es precisamente una crisis del gobierno griego que gastó y se endeudó por encima de sus posibilidades. Cuando se la acabó la plata y tuvo que pagar los préstamos, sufrió una implosión que hasta ahora puede resolver.
El actual gobierno de Venezuela no se lo puede acusar de ser pro-mercado. Ha creado tanta regulación y centralización que la actividad privada está atrofiada. Y como resultado tiene la inflación más alta de América desde Alaska hasta Tierra del Fuego, y una economía que decrece a pesar de que el precio de su principal producto (el petróleo) está por los cielos. Para que este país vuelva a la senda del crecimiento, será necesario deshacer buena parte de la regulación instituida la última década.
Y podemos citar muchos más ejemplos como los anteriores que muestran como a menudo pedimos a Estados que sean reguladores de actividades donde han mostrado su ineptitud e irresponsabilidad. Esto no es muy diferente a pedirle a un drogadicto que administre una farmacia.
Santa Cruz de la Sierra, 17/06/11
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martes, 14 de junio de 2011
Cuentos cortos para leer
Javier Paz García
Don Hernando García Vespa acaba de publicar catorce cuentos cortos agrupados en un pequeño libro titulado “El general nunca miraba de frente y otros cuentos”. No pretendo, ser un crítico imparcial de la obra por dos motivos fundamentales: 1) algo sé de literatura, pero poco o nada de crítica literaria y 2) el cariño que tengo por el autor me permite cierta parcialidad. Pero puedo evitar las alabanzas y hacer algunos comentarios sobre la obra que puedan serle útiles al lector interesado.
Hay temas recurrentes en la obra de don Hernando: la naturaleza, los ríos, las selvas indómitas, la vida del campo. Y muchos de estos cuentos transcurren en selvas benianas pobladas de tigres, o en ríos repletos de lagartos. Sus descripciones expresan esa realidad fantástica que es el Beni donde no es algo extraño que dos amantes hagan el amor entre caimanes y pirañas. Los personajes son gente sencilla, ya sea en su ingenuidad, como en su maldad y las situaciones que narra, son bastante comunes de la vida de los pueblos y rancheríos alejados de la modernidad. Las historias no incluyen celulares ni correos electrónicos, pero están hechas de las mismas pasiones que mueven a los seres humanos de todas las épocas y condiciones; son historias sobre el poder, la lujuria, el amor, la tentación, la fatalidad… no nos debería sorprender que algunas de ellas sean ciertas. No creo que los cuentos tengan una moraleja o una intención moralizadora, sino simplemente pretenden retratar situaciones comunes de la convivencia humana.
Creo que lo más importante de un buen cuento es que mantenga al lector expectante y cautivo de la trama y que no acabe sin algún elemento de sorpresa. Más allá de algún final predecible, la obra cumple estos criterios. Además, fiel a su estilo, el autor hace un uso exquisito de la lengua castellana, aprovechando al máximo la riqueza del idioma y al mismo tiempo manteniendo una economía de palabra propia de Borges. El lenguaje es en general sencillo y por ocasiones intencionalmente campechano, pero de ninguna manera pobre o malogrado.
Luego de leer lo que, si no me equivoco, es el primer libro de cuentos publicado por el autor, solo puedo esperar que pronto se anime a publicar otros más. ¡Enhorabuena!
Santa Cruz de la Sierra, 11/06/11
http://javierpaz01.blogspot.com/
Don Hernando García Vespa acaba de publicar catorce cuentos cortos agrupados en un pequeño libro titulado “El general nunca miraba de frente y otros cuentos”. No pretendo, ser un crítico imparcial de la obra por dos motivos fundamentales: 1) algo sé de literatura, pero poco o nada de crítica literaria y 2) el cariño que tengo por el autor me permite cierta parcialidad. Pero puedo evitar las alabanzas y hacer algunos comentarios sobre la obra que puedan serle útiles al lector interesado.
Hay temas recurrentes en la obra de don Hernando: la naturaleza, los ríos, las selvas indómitas, la vida del campo. Y muchos de estos cuentos transcurren en selvas benianas pobladas de tigres, o en ríos repletos de lagartos. Sus descripciones expresan esa realidad fantástica que es el Beni donde no es algo extraño que dos amantes hagan el amor entre caimanes y pirañas. Los personajes son gente sencilla, ya sea en su ingenuidad, como en su maldad y las situaciones que narra, son bastante comunes de la vida de los pueblos y rancheríos alejados de la modernidad. Las historias no incluyen celulares ni correos electrónicos, pero están hechas de las mismas pasiones que mueven a los seres humanos de todas las épocas y condiciones; son historias sobre el poder, la lujuria, el amor, la tentación, la fatalidad… no nos debería sorprender que algunas de ellas sean ciertas. No creo que los cuentos tengan una moraleja o una intención moralizadora, sino simplemente pretenden retratar situaciones comunes de la convivencia humana.
Creo que lo más importante de un buen cuento es que mantenga al lector expectante y cautivo de la trama y que no acabe sin algún elemento de sorpresa. Más allá de algún final predecible, la obra cumple estos criterios. Además, fiel a su estilo, el autor hace un uso exquisito de la lengua castellana, aprovechando al máximo la riqueza del idioma y al mismo tiempo manteniendo una economía de palabra propia de Borges. El lenguaje es en general sencillo y por ocasiones intencionalmente campechano, pero de ninguna manera pobre o malogrado.
Luego de leer lo que, si no me equivoco, es el primer libro de cuentos publicado por el autor, solo puedo esperar que pronto se anime a publicar otros más. ¡Enhorabuena!
Santa Cruz de la Sierra, 11/06/11
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domingo, 5 de junio de 2011
Religión y Estado
Javier Paz García
Las religiones se mueven en el ámbito espiritual. El apego de cualquier persona a una u otra creencia religiosa es y debe ser un asunto netamente personal y de conciencia.
Por otro lado el Estado moderno (democrático y sujeto al derecho) tiene como objetivos normar las relaciones de las personas que habitan un territorio determinado velando por la preservación de ciertos derechos para todos. La misión del Estado es materialista (en su sentido filosófico).
Por supuesto, a lo largo de la historia, el Estado democrático y sujeto al derecho ha sido la excepción. Los déspotas han sido más numerosos que los demócratas y republicanos. Y un tipo de despotismo muy dañino ha sido el de las teocracias: los Estados que imponen a la fuerza una religión y una fe entre su población. Pocas plagas han causado tanta muerte y sufrimiento humano como las luchas religiosas y los intentos de unos de imponer su religión a otros. Es a raíz de ello que el Estado liberal moderno, se aparta de la religión. No necesariamente por una visión atea o agnóstica, sino para preservar el principio de libertad de conciencia de cada ser humano y lograr la armonía en una sociedad.
Los primeros colonizadores ingleses que llegaron a América, lo hicieron huyendo de la persecución religiosa de la que eran objeto en su tierra de origen. Por eso cuando fundaron los Estados Unidos de América prohibieron al Estado legislar sobre temas religiosos. El resultado fue una de las sociedades más armoniosas y más prósperas que haya conocido el planeta, a tal punto que dicho país llegó a convertirse en la mayor potencia económica y militar de la historia de la humanidad.
Aunque no pretendo atribuir el éxito de la nación americana exclusivamente a la libertad de culto, deseo mostrar que el resultado no es fortuito ni aislado. En la ciudad de Córdoba en la actual España se fundó la primera universidad Europea hace más de mil años, en un periodo breve donde cristianos, moros y judíos convivían con cierta armonía. Fue también un periodo de crecimiento cultural, tecnológico y económico para esa región. Los europeos, luego de siglos de matarse entre ellos por ser protestantes o católicos, dejaron sus diferencias atrás y hoy son, junto con pequeñas porciones del planeta, la región más próspera del mundo. El islam que nos dio a Averroes y Avicena es diferente al que pretende imponer el fundamentalismo a través de la violencia.
Quienes han vivido el drama de sufrir persecución, ostracismo y muerte por tener un pensamiento (sea político o religioso) diferente al de aquellos que ostentan el poder, entienden la importancia de preservar la libertad expresión y de conciencia.
La libertad de culto y de pensamiento debe ser preservada y protegida por todos los miembros de la sociedad, por su importancia intrínseca como derecho humano y también por su valor instrumental para crear armonía, paz y desarrollo.
Santa Cruz de la Sierra, 03/06/11
http://javierpaz01.blogspot.com/
Las religiones se mueven en el ámbito espiritual. El apego de cualquier persona a una u otra creencia religiosa es y debe ser un asunto netamente personal y de conciencia.
Por otro lado el Estado moderno (democrático y sujeto al derecho) tiene como objetivos normar las relaciones de las personas que habitan un territorio determinado velando por la preservación de ciertos derechos para todos. La misión del Estado es materialista (en su sentido filosófico).
Por supuesto, a lo largo de la historia, el Estado democrático y sujeto al derecho ha sido la excepción. Los déspotas han sido más numerosos que los demócratas y republicanos. Y un tipo de despotismo muy dañino ha sido el de las teocracias: los Estados que imponen a la fuerza una religión y una fe entre su población. Pocas plagas han causado tanta muerte y sufrimiento humano como las luchas religiosas y los intentos de unos de imponer su religión a otros. Es a raíz de ello que el Estado liberal moderno, se aparta de la religión. No necesariamente por una visión atea o agnóstica, sino para preservar el principio de libertad de conciencia de cada ser humano y lograr la armonía en una sociedad.
Los primeros colonizadores ingleses que llegaron a América, lo hicieron huyendo de la persecución religiosa de la que eran objeto en su tierra de origen. Por eso cuando fundaron los Estados Unidos de América prohibieron al Estado legislar sobre temas religiosos. El resultado fue una de las sociedades más armoniosas y más prósperas que haya conocido el planeta, a tal punto que dicho país llegó a convertirse en la mayor potencia económica y militar de la historia de la humanidad.
Aunque no pretendo atribuir el éxito de la nación americana exclusivamente a la libertad de culto, deseo mostrar que el resultado no es fortuito ni aislado. En la ciudad de Córdoba en la actual España se fundó la primera universidad Europea hace más de mil años, en un periodo breve donde cristianos, moros y judíos convivían con cierta armonía. Fue también un periodo de crecimiento cultural, tecnológico y económico para esa región. Los europeos, luego de siglos de matarse entre ellos por ser protestantes o católicos, dejaron sus diferencias atrás y hoy son, junto con pequeñas porciones del planeta, la región más próspera del mundo. El islam que nos dio a Averroes y Avicena es diferente al que pretende imponer el fundamentalismo a través de la violencia.
Quienes han vivido el drama de sufrir persecución, ostracismo y muerte por tener un pensamiento (sea político o religioso) diferente al de aquellos que ostentan el poder, entienden la importancia de preservar la libertad expresión y de conciencia.
La libertad de culto y de pensamiento debe ser preservada y protegida por todos los miembros de la sociedad, por su importancia intrínseca como derecho humano y también por su valor instrumental para crear armonía, paz y desarrollo.
Santa Cruz de la Sierra, 03/06/11
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