Javier
Paz García
Apenas
la semana pasada citaba a Milton Friedman sobre que si el gobierno estuviera
encargado del desierto en poco tiempo habría escasez de arena. Todavía no sabía
que en apenas unos días estallaría el escándalo de la escasez de agua en La Paz
y el desprolijo manejo de la empresa estatal.
Lastimosamente
no es ni será el único caso. El modus operandi del partido en función de
gobierno es gastar, y gastan mucho, pero eso no se traduce ni en mejor
educación, salud, o servicios básicos sino en planillas supernumerarias,
sueldos astronómicos, gente que se hace rica de la noche a la mañana como dueños
de empresas vinculadas al Estado. Los efectos negativos no se ven a corto
plazo, porque el proceso de destrucción de capital es largo. Para dar un
ejemplo, el proceso de negociaciones y construcción de gaseoductos para
exportar gas a Brasil se puede remontar a los años setenta y abarca varios
gobiernos; el trabajo y el mérito le pertenece a gestiones pasadas, pero el
beneficio lo ha cosechado casi exclusivamente el actual gobierno. Otros
sembraron para que el actual gobierno coseche; no hay nada malo en eso, el
problema es que este gobierno no está sembrando nada para las futuras
generaciones o lo que es aun peor, está sembrando problemas: ha revertido la
poca institucionalización que había en la administración pública, ha hundido a
la justicia en un hueco al que hace diez años parecía imposible llegar, ha
creado empresas estatales por intereses políticos sin los criterios adecuados
de factibilidad y cuyo inevitable destino es la insostenibilidad y la
corrupción.
La
crisis del agua es la crisis de la falta de gente idónea en los puestos de
gobierno; es la priorización del show político, de la propaganda, de la
mentira, del ataque al opositor por sobre las necesidades del pueblo; es el
absurdo de creer que de cocaleros y licenciados en charlatanería pueden pasar a
ser buenos gobernantes; es el insulto de ser jefe de los cocaleros o dirigente
de fútbol al mismo tiempo que se es presidente o ministro del Estado. La crisis
del agua es la crisis de YPFB, de la justicia, de la policía, de Papelbol o San
Buenaventura, del fondo indígena, de
CAMC y Gabriela Zapata. La crisis del agua es la crisis de un pueblo ciego que
se ha equivocado muchas veces al apoyar a un gobierno que ha mostrado
sistemáticamente su incapacidad y su totalitarismo. Bolivia todavía es una
democracia y por tanto los culpables de la crisis son quienes han votado por el
MAS una y otra vez.
Santa Cruz de la Sierra, 20/11/16
http://javierpaz01.blogspot.com/