Javier Paz García
Es común calificar al liberalismo como un movimiento a favor de los empresarios y en contra de los empleados. Marx así lo sostenía y lo mismo han hecho los movimientos socialistas desde entonces. Es cierto que el liberalismo valora la importancia del empresario capitalista como agente fundamental de innovación y desarrollo; es cierto que considera la propiedad privada como una institución indispensable para la preservación de la libertad y el crecimiento económico. Pero no es correcto afirmar que el liberalismo privilegia a los capitalistas. Ludwig von Mises (1881 – 1973), en su libro Liberalismo afirma que “[h]istóricamente el liberalismo fue la primera orientación política que se preocupó del bienestar de todos y no del de determinados estamentos sociales” . Como el mismo Mises hace notar, tampoco es cierto “que los empresarios y capitalistas tengan particular interés en preferir el liberalismo. Su interés en preferir el liberalismo es idéntico al de cualquier otro individuo” . Y como cualquier otro individuo, asociación o gremio, intentan (cuando se les permite) obtener privilegios por parte del Estado. Los gremios empresariales buscan obtener del Estado subsidios, protección contra la competición extranjera, tasas de interés preferenciales, créditos estatales que muchas veces no pagan, obtención de monopolios y otros beneficios cuya otorgación va en perjuicio del resto de la población. La frase “privatizar las ganancias y socializar las pérdidas” es sinónimo de esa actitud aprovechadora y antiliberal común en los empresarios. Los movimientos de izquierda han hecho una buena labor en vender esta situación como liberalismo y hay que admitir, que los movimientos políticos de supuesta tendencia liberal han colaborado a reforzar este error conceptual. El liberalismo condena estas prácticas, como condena cualquier privilegio sectorial o corporativo.
Esta crítica no intenta condenarlos, ni tomar la actitud simplona de clasificarlos entre buenos y malos empresarios. Más bien pretende hacer notar que el marco institucional afecta el comportamiento de los individuos. La misma actitud que, bajo cierto marco institucional, hace del empresario un agente de innovación y desarrollo, bajo otras condiciones institucionales lo convierte en un buscador de rentas y privilegios a costa de otros. Pretender que el empresario (y casi cualquier persona en el planeta) no piense en la ganancia es negar su naturaleza. Pero esa búsqueda de riqueza puede ser beneficiosa o perjudicial para la sociedad dependiendo de las instituciones que la misma sociedad construya. En realidad, no existe motivo para limitar el análisis al empresario. La misma actitud se aplica a los obreros, profesionales, campesinos, maestros o cualquier sector. Estos sectores también buscan conseguir privilegios sectoriales en detrimento del resto de la sociedad.
El problema no radica en que ciertos sectores intenten obtener privilegios del Estado, sino en tener un Estado institucionalmente débil y proclive a otorgar dichos privilegios.
Santa Cruz de la Sierra, 27/01/11
http://javierpaz01.blogspot.com/
jueves, 27 de enero de 2011
martes, 25 de enero de 2011
Homenaje a Monseñor Tito Solari
Javier Paz García
Conocí a Monseñor Tito Solari debido a su amistad con la familia de mi esposa. Mis suegros le pidieron que oficie nuestro matrimonio, solicitud que aceptó. Fue por este motivo que un par de meses antes de la boda, nos reunimos para que él conociera a los entonces novios. Fue una reunión de poco más de una hora pero no hace falta conversar mucho con Monseñor Tito para darse cuenta que uno está ante una gran persona. Tiene un carácter afable y su voz posee una serenidad contagiosa, su conversación es cordial e intercala con frecuencia anécdotas simpáticas de su vida, lo que ayuda a que uno rápidamente se sienta en confianza. Su actitud da la sensación de que no ve en otros a inferiores, sino a iguales; no adopta el rol de moralizador situado por encima del resto de la humanidad. Por eso, conversar con Monseñor Tito es una experiencia maravillosa.
Estas impresiones se vieron reforzadas en mi segundo encuentro con él, la noche de mi boda.
Apenas unas semanas después, Monseñor Tito se vio envuelto en una controversia por declarar su preocupación de que hayan niños en el Chapare traficando con droga. Los sindicatos cocaleros y el gobierno lo atacaron duramente, amenazándolo incluso con expulsarlo del país. Su reacción fue de humildad y conciliación. Resolvió la crisis ofreciendo la otra mejilla, respondiendo las ofensas ajenas, con una disculpa propia. Para quienes no lo conocen, su respuesta podría parecer una capitulación; para quienes hemos tenido el privilegio de conocerlo, es una muestra más de coherencia con sus principios.
Uno de los personajes más adorables de la literatura, es el Monseñor Myriel, de la obra Los Miserables de Victor Hugo. Uno de los momentos sublimes de la obra es cuando este personaje en vez de delatar a Jean Valjean por el hurto de su platería, se la regala con yapa. Este acto le muestra al personaje principal de Los Miserables que existe bondad en el mundo y le permite iniciar el camino de la redención. Monseñor Myriel salva el alma de Jean Valjean.
La actitud de Monseñor Tito Solari ante la crisis con los cocaleros me recordó a ese personaje literario tan bueno y bondados. Creo que es válida la comparación entre ambos. Creo que, como el ficticio Monseñor Myriel, nuestro Monseñor Tito, verdadero, de carne y hueso, viene a salvar almas. No busca reconocimientos, fama o poder, no intenta ganar batallas políticas, sino hacer el bien y ayudar al prójimo. Y es extraordinaria la humildad con la cual desempeña su misión. Por ello es capaz de devolver bien por mal, de intermediar en conflictos aparentemente irresolubles, de ver más allá de la noción maniquea de buenos y malos, de ver como una victoria lo que para otros sería una humillación.
Hace poco recibió un reconocimiento en Santa Cruz por su labor para con los jóvenes. Fue notorio en el público la admiración y el agradecimiento sentido por este extraordinario hombre. En su discurso de agradecimiento él dijo que la más contenta por el premio sería su mamá. Sería un honor si mi pequeño homenaje también provocase su alegría.
Santa Cruz de la Sierra, 21/01/11
http://javierpaz01.blogspot.com/
Conocí a Monseñor Tito Solari debido a su amistad con la familia de mi esposa. Mis suegros le pidieron que oficie nuestro matrimonio, solicitud que aceptó. Fue por este motivo que un par de meses antes de la boda, nos reunimos para que él conociera a los entonces novios. Fue una reunión de poco más de una hora pero no hace falta conversar mucho con Monseñor Tito para darse cuenta que uno está ante una gran persona. Tiene un carácter afable y su voz posee una serenidad contagiosa, su conversación es cordial e intercala con frecuencia anécdotas simpáticas de su vida, lo que ayuda a que uno rápidamente se sienta en confianza. Su actitud da la sensación de que no ve en otros a inferiores, sino a iguales; no adopta el rol de moralizador situado por encima del resto de la humanidad. Por eso, conversar con Monseñor Tito es una experiencia maravillosa.
Estas impresiones se vieron reforzadas en mi segundo encuentro con él, la noche de mi boda.
Apenas unas semanas después, Monseñor Tito se vio envuelto en una controversia por declarar su preocupación de que hayan niños en el Chapare traficando con droga. Los sindicatos cocaleros y el gobierno lo atacaron duramente, amenazándolo incluso con expulsarlo del país. Su reacción fue de humildad y conciliación. Resolvió la crisis ofreciendo la otra mejilla, respondiendo las ofensas ajenas, con una disculpa propia. Para quienes no lo conocen, su respuesta podría parecer una capitulación; para quienes hemos tenido el privilegio de conocerlo, es una muestra más de coherencia con sus principios.
Uno de los personajes más adorables de la literatura, es el Monseñor Myriel, de la obra Los Miserables de Victor Hugo. Uno de los momentos sublimes de la obra es cuando este personaje en vez de delatar a Jean Valjean por el hurto de su platería, se la regala con yapa. Este acto le muestra al personaje principal de Los Miserables que existe bondad en el mundo y le permite iniciar el camino de la redención. Monseñor Myriel salva el alma de Jean Valjean.
La actitud de Monseñor Tito Solari ante la crisis con los cocaleros me recordó a ese personaje literario tan bueno y bondados. Creo que es válida la comparación entre ambos. Creo que, como el ficticio Monseñor Myriel, nuestro Monseñor Tito, verdadero, de carne y hueso, viene a salvar almas. No busca reconocimientos, fama o poder, no intenta ganar batallas políticas, sino hacer el bien y ayudar al prójimo. Y es extraordinaria la humildad con la cual desempeña su misión. Por ello es capaz de devolver bien por mal, de intermediar en conflictos aparentemente irresolubles, de ver más allá de la noción maniquea de buenos y malos, de ver como una victoria lo que para otros sería una humillación.
Hace poco recibió un reconocimiento en Santa Cruz por su labor para con los jóvenes. Fue notorio en el público la admiración y el agradecimiento sentido por este extraordinario hombre. En su discurso de agradecimiento él dijo que la más contenta por el premio sería su mamá. Sería un honor si mi pequeño homenaje también provocase su alegría.
Santa Cruz de la Sierra, 21/01/11
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jueves, 13 de enero de 2011
Bolivia en el Índice de Libertad Económica 2011
Javier Paz García
La Fundación Heritage y el Wall Street Journal acaban de publicar la última versión del Índice de Libertad Económica correspondiente al año 2011. El estudio mide 179 países en diez áreas vitales para el desarrollo económico. Este año los cinco países con mayor puntaje son: Hong Kong con 89,7 puntos sobre un total de 100, seguido por Singapur, Australia, Nueva Zelandia y Suiza. Los cinco países con menor puntaje, comenzando por el peor son: Corea del Norte, Zimbadwe, Cuba, Eritrea y Venezuela.
La fuerte correlación positiva que existe entre la libertad económica y el desarrollo económico, demostrada en este índice se constituye en una sólida evidencia empírica a favor de políticas de libre mercado y de una participación limitada del Estado en la actividad económica. Pero el índice no solo sirve para mostrar empíricamente la superioridad del libre mercado por sobre el estatismo y el socialismo sino que también puede ser utilizado como un poderoso instrumento y guía de política económica. Un gobierno podría usar este índice como una hoja de ruta para encaminarse hacia una senda de crecimiento económico ya que el índice evalúa 10 áreas de la economía: la libertad empresarial, la libertad de comercio exterior, la libertad fiscal (nivel de impuestos), el gasto público, la política monetaria, la libertad de inversión, el sector financiero, los derechos de propiedad, la corrupción y la libertad del mercado laboral.
Dentro de Sudamérica, Chile tiene el mayor puntaje (77,4), seguido por Uruguay (70), Perú (68,6) y Colombia (68). Bolivia obtuvo un puntaje de 50 sobre 100 y quedó ubicado en el puesto 146 sobre un total de 179 países evaluados (a 33 países de la cola). Según el informe las áreas más problemáticas en Bolivia son: la situación de los derechos de propiedad, la libertad de inversión, la corrupción y la libertad del mercado laboral. Por supuesto esto no significa que no exista trabajo que hacer en las otras áreas.
Acompañan a Bolivia en el ranking países como Etiopía, Nepal, Burundi y Sierra Leona. No es de extrañarse entonces que el nivel económico de Bolivia sea más cercano al de países africanos y muy lejos de países del primer mundo. Como ya mencioné antes, Cuba y Venezuela se encuentran entre los últimos lugares en el Índice de Libertad Económica. La economía cubana es un desastre y la venezolana va camino al descalabro. El sentido común nos indica que si Bolivia sigue los pasos de estos países (cosa que está haciendo), pues terminará en la misma situación calamitosa (ya se ven los primero síntomas). Más prudente y lógico sería seguirle los pasos en materia de política económica a países como Chile o Perú, cuya apertura al mercado (demostrada por un alto puntaje en el índice), les ha permitido tener las tasas de crecimiento más altas de Sudamérica.
El estudio puede ser visto en inglés en la siguiente página: www.heritage.org/index/
Santa Cruz de la Sierra, 13/01/11
http://javierpaz01.blogspot.com/
La Fundación Heritage y el Wall Street Journal acaban de publicar la última versión del Índice de Libertad Económica correspondiente al año 2011. El estudio mide 179 países en diez áreas vitales para el desarrollo económico. Este año los cinco países con mayor puntaje son: Hong Kong con 89,7 puntos sobre un total de 100, seguido por Singapur, Australia, Nueva Zelandia y Suiza. Los cinco países con menor puntaje, comenzando por el peor son: Corea del Norte, Zimbadwe, Cuba, Eritrea y Venezuela.
La fuerte correlación positiva que existe entre la libertad económica y el desarrollo económico, demostrada en este índice se constituye en una sólida evidencia empírica a favor de políticas de libre mercado y de una participación limitada del Estado en la actividad económica. Pero el índice no solo sirve para mostrar empíricamente la superioridad del libre mercado por sobre el estatismo y el socialismo sino que también puede ser utilizado como un poderoso instrumento y guía de política económica. Un gobierno podría usar este índice como una hoja de ruta para encaminarse hacia una senda de crecimiento económico ya que el índice evalúa 10 áreas de la economía: la libertad empresarial, la libertad de comercio exterior, la libertad fiscal (nivel de impuestos), el gasto público, la política monetaria, la libertad de inversión, el sector financiero, los derechos de propiedad, la corrupción y la libertad del mercado laboral.
Dentro de Sudamérica, Chile tiene el mayor puntaje (77,4), seguido por Uruguay (70), Perú (68,6) y Colombia (68). Bolivia obtuvo un puntaje de 50 sobre 100 y quedó ubicado en el puesto 146 sobre un total de 179 países evaluados (a 33 países de la cola). Según el informe las áreas más problemáticas en Bolivia son: la situación de los derechos de propiedad, la libertad de inversión, la corrupción y la libertad del mercado laboral. Por supuesto esto no significa que no exista trabajo que hacer en las otras áreas.
Acompañan a Bolivia en el ranking países como Etiopía, Nepal, Burundi y Sierra Leona. No es de extrañarse entonces que el nivel económico de Bolivia sea más cercano al de países africanos y muy lejos de países del primer mundo. Como ya mencioné antes, Cuba y Venezuela se encuentran entre los últimos lugares en el Índice de Libertad Económica. La economía cubana es un desastre y la venezolana va camino al descalabro. El sentido común nos indica que si Bolivia sigue los pasos de estos países (cosa que está haciendo), pues terminará en la misma situación calamitosa (ya se ven los primero síntomas). Más prudente y lógico sería seguirle los pasos en materia de política económica a países como Chile o Perú, cuya apertura al mercado (demostrada por un alto puntaje en el índice), les ha permitido tener las tasas de crecimiento más altas de Sudamérica.
El estudio puede ser visto en inglés en la siguiente página: www.heritage.org/index/
Santa Cruz de la Sierra, 13/01/11
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viernes, 7 de enero de 2011
Persecución política y exilio
Javier Paz García
La persecución política que existe en Bolivia ya ha causado la huída de buen número de ciudadanos bolivianos. Cada vez que un perseguido político huye del país, los acólitos del gobierno (que en su gran mayoría no destacan por su brillantez) salen a la luz pública a anunciar la culpabilidad del escapado, arguyendo cosas como que “el que nada debe, nada teme” y que huir es una admisión de culpabilidad. Semejante argumentación solo puede venir de inteligencias mentecatas cuando en Bolivia han destrozado el Estado de Derecho, los procesos judiciales son anunciados de antemano por altos funcionarios del Poder Ejecutivo a lo que le sigue algún fiscalillo y no se puede esperar imparcialidad, ni independencia de los tribunales de justicia. Aquí los juicios son un show para mantener las apariencias.
Quienes creen que huir es una prueba de culpabilidad, tendrán que aceptar entonces que Albert Einstein, Ana Frank, Jesús de Nazaret o Marcelo Quiroga Santa Cruz eran culpables de algo. Einstein, uno de los mayores científicos de todos los tiempos emigró de Alemania para huir de los nazis. Ana Frank pasó escondida de los nazis en el ático de una casa desde sus 13 hasta sus 15 años, murió en un campo de concentración. ¿Qué crimen pudo haber cometido esta niña? La biblia (Mateo 2, 13-16) narra la huída de la familia de Jesús de Nazaret a Egipto ante amenazas de Herodes de matar a los recién nacidos. Por supuesto, ningún crimen podría serle imputado a un recién nacido, pero ese tipo de aberraciones suceden en regímenes totalitarios. Razones políticas causaron que Mahoma huya de La Meca a Medina en el año 622 de la era cristiana. La revolución rusa no tenía nada para acusar a Trotsky y más bien mucho que agradecerle, pero las pugnas de poder hicieron que Trotsky huyera a Méjico; aun así Stalin lo mandó asesinar. Cuba tiene una larga lista de exiliados políticos que no cometieron otro delito que expresar una opinión contraria al régimen castrista, el periodista Carlos Alberto Montaner es uno de ellos; también tiene un gran número de fusilados y presos por los mismos motivos (fusilar “traidores” era un hobby del Che Guevara). Dictaduras como las de Stroessner en Paraguay, Videla en Argentina, Banzer en Bolivia y Pinochet en Chile, hicieron que muchas personas inocentes huyan de sus respectivos países ante el miedo de la persecución política (uno de los exiliados de la época fue Marcelo Quiroga Santa Cruz). Estos dictadores idearon el plan Cóndor para realizar una persecución política a escala continental.
Pero hay algunos que no huyeron, por ejemplo Sócrates a quien un tribunal lo condenó a muerte, por razones políticas. A Quiroga Santa Cruz finalmente lo mató otro dictador. Otro que no huyó fue Leopoldo Fernández; hoy lleva más de dos años de prisión sin tener sentencia.
Simplemente es erróneo concluir que huir es sinónimo de culpabilidad, cuando existe claramente una persecución política, violación de los derechos humanos, ausencia del debido proceso y carencia de tribunales imparciales.
Santa Cruz de la Sierra, 07/01/11
http://javierpaz01.blogspot.com/
La persecución política que existe en Bolivia ya ha causado la huída de buen número de ciudadanos bolivianos. Cada vez que un perseguido político huye del país, los acólitos del gobierno (que en su gran mayoría no destacan por su brillantez) salen a la luz pública a anunciar la culpabilidad del escapado, arguyendo cosas como que “el que nada debe, nada teme” y que huir es una admisión de culpabilidad. Semejante argumentación solo puede venir de inteligencias mentecatas cuando en Bolivia han destrozado el Estado de Derecho, los procesos judiciales son anunciados de antemano por altos funcionarios del Poder Ejecutivo a lo que le sigue algún fiscalillo y no se puede esperar imparcialidad, ni independencia de los tribunales de justicia. Aquí los juicios son un show para mantener las apariencias.
Quienes creen que huir es una prueba de culpabilidad, tendrán que aceptar entonces que Albert Einstein, Ana Frank, Jesús de Nazaret o Marcelo Quiroga Santa Cruz eran culpables de algo. Einstein, uno de los mayores científicos de todos los tiempos emigró de Alemania para huir de los nazis. Ana Frank pasó escondida de los nazis en el ático de una casa desde sus 13 hasta sus 15 años, murió en un campo de concentración. ¿Qué crimen pudo haber cometido esta niña? La biblia (Mateo 2, 13-16) narra la huída de la familia de Jesús de Nazaret a Egipto ante amenazas de Herodes de matar a los recién nacidos. Por supuesto, ningún crimen podría serle imputado a un recién nacido, pero ese tipo de aberraciones suceden en regímenes totalitarios. Razones políticas causaron que Mahoma huya de La Meca a Medina en el año 622 de la era cristiana. La revolución rusa no tenía nada para acusar a Trotsky y más bien mucho que agradecerle, pero las pugnas de poder hicieron que Trotsky huyera a Méjico; aun así Stalin lo mandó asesinar. Cuba tiene una larga lista de exiliados políticos que no cometieron otro delito que expresar una opinión contraria al régimen castrista, el periodista Carlos Alberto Montaner es uno de ellos; también tiene un gran número de fusilados y presos por los mismos motivos (fusilar “traidores” era un hobby del Che Guevara). Dictaduras como las de Stroessner en Paraguay, Videla en Argentina, Banzer en Bolivia y Pinochet en Chile, hicieron que muchas personas inocentes huyan de sus respectivos países ante el miedo de la persecución política (uno de los exiliados de la época fue Marcelo Quiroga Santa Cruz). Estos dictadores idearon el plan Cóndor para realizar una persecución política a escala continental.
Pero hay algunos que no huyeron, por ejemplo Sócrates a quien un tribunal lo condenó a muerte, por razones políticas. A Quiroga Santa Cruz finalmente lo mató otro dictador. Otro que no huyó fue Leopoldo Fernández; hoy lleva más de dos años de prisión sin tener sentencia.
Simplemente es erróneo concluir que huir es sinónimo de culpabilidad, cuando existe claramente una persecución política, violación de los derechos humanos, ausencia del debido proceso y carencia de tribunales imparciales.
Santa Cruz de la Sierra, 07/01/11
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