miércoles, 13 de octubre de 2010

Socialismo y cooperación

Javier Paz García
El socialismo aboga por la lucha de clases, predica que los ricos oprimen a los pobres, los burgueses oprimen al proletariado y los capitalistas a los obreros. Es decir, el socialismo no considera que exista cooperación entre las clases, sino opresión; no consideran que la relación de empleados y empleadores sea de mutuo beneficio, sino de robo y explotación. Para ello se basa en teorías de Marx que han sido probadas incorrectas.
La democracia es una forma de consenso y cooperación. El socialismo rechaza la democracia y promueve la violencia, la toma violenta del poder o, si logra obtener el poder democráticamente, el debilitamiento y la destrucción de las instituciones democráticas.
El socialismo promueve el centralismo, tanto del poder político como económico. No cree en la separación e independencia de poderes. No cree en autonomías o federalismos, que diluyen el poder y requieren la cooperación entre diferentes niveles de Estado.
El libre mercado se basa en la cooperación de millones de personas en todo el mundo, que mediante la división del trabajo y la especialización, producen e intercambian bienes y servicios de manera eficiente. El socialismo rechaza y repudia al libre mercado, promueve el proteccionismo, el aislamiento mediante tarifas, barreras aduaneras, impuestos, trámites morosos, controles de precios, límites a las exportaciones e importaciones, confiscaciones, expropiaciones y otros medios.
La empresa privada requiere de la cooperación de sus miembros. El socialismo ataca a la empresa privada, busca reducirla, controlarla o eliminarla, para que el Estado acapare todo el espectro económico.
El socialismo no cree que las personas libres sean capaces de ser solidarias o cooperar para hacer algo de beneficio comunitario por su cuenta, considera que el Estado debe hacerlo todo y estar metido en todo. Es más, el socialismo no quiere que las personas libres cooperen entre sí, quiere que todo lo haga el Estado.
¿De qué cooperación pueden hablar los líderes socialistas cuando en países como Cuba, China, Corea del Norte, la Unión Soviética, Alemania Oriental se construyeron inmensos aparatos represivos, para espiar, promover el miedo y lograr la obediencia forzada de sus habitantes? El socialismo cree en la opresión y la fuerza, rechazando de hecho la cooperación voluntaria. Los Estados socialistas requieren la construcción de muros y barreras para que la gente no escape de ellos; de soplones, de hijos que delaten a sus padres, para que la gente tenga miedo de criticar al régimen incluso delante de familiares. El mantenimiento del poder en un Estado socialista no se basa en la cooperación y el apoyo popular, sino en el miedo, la fuerza y la coerción. Se basa también en el engaño, la mentira y el secreto – formas de no cooperación.
La literatura socialista habla mucho de cooperación, pero impuesta a la fuerza por un Estado dictatorial. La cooperación debe ser voluntaria para llamarse así.
Santa Cruz de la Sierra, 28/09/10
http://javierpaz01.blogspot.com/

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