Javier Paz García
No creo que el Dr. Hernando García Vespa tuviera conciencia plena de la magnitud de la obra que estaba llevando a cabo cuando, a fines del año 1950, impulsó la fundación del Comité Pro Santa Cruz. Después de todo, en ese entonces él era apenas un estudiante de derecho con toda una vida por delante. Sospecho que no se imaginaba la influencia que iba a tener esta iniciativa suya en los destinos de la Nación.
Hoy el comité es el gobierno moral de los cruceños, no porque alguien le haya puesto ese nombre, sino por las luchas y los logros que fueron alcanzados desde su creación, luchas que costaron sangre, destierros e vejámenes.
Como dice la carta que propugnó su creación, “lo que falta en nuestro pueblo para conseguir que se respeten sus derechos y se cumplan los deberes que los altos poderes estatales tienen para con él, es la unión de sus hijos en un solo interés cruceñista, ajeno a las contingencias políticas y superior a las rivalidades personales”. Y eso hizo el comité, unir a los cruceños por los intereses del departamento, dejando de lado la politiquería y el individualismo.
En la década del 50 Santa Cruz de la Sierra era una aldea con calles de tierra surcada por carretones. Las luchas por las regalías, por las cuales el Dr. Melchor Pinto fue exiliado, lograron que el Gobierno Central otorgue al departamento lo que le correspondía por ley. Fueron estas regalías las que iniciaron el desarrollo cruceño del que hoy disfrutamos todos. La familia que vive en el Plan 3000 y tiene su calle pavimentada, le debe un agradecimiento al comité por las regalías conquistadas más de 50 años atrás.
Hasta el año 1985 incluso los alcaldes eran puestos a dedo por el partido de gobierno. El comité cívico fue parte de la lucha democrática que permitió al pueblo elegir a su burgomaestre. Si Yapacaní, Villa Tunarí, Ayo Ayo, la ciudad de La Paz y otros municipios gozan de este privilegio y sienten que les ha sido beneficioso, entonces le deben un agradecimiento al comité Pro Santa Cruz.
Hasta hace poco los prefectos eran puestos a dedo y es un mérito casi exclusivo del pueblo cruceño, liderado por su comité, el que ahora se los elija por voto popular. ¡Qué mayor muestra de vocación democrática se puede dar! Y de nuevo, si Oruro y Potosí, sin haber sudado una gota gozan de ese privilegio, se lo deben a Santa Cruz y su comité cívico. Y si estos departamentos deciden en un futuro ser autónomos, también quedarán en deuda por una causa de la cual renegaron en sus inicios.
Son años que nuestro comité lucha por el bienestar de la región, por el país, por la democracia, por el pueblo. Son años de ser calumniados, injuriados, acusados falsamente de mil y una barbaridades, por todos los gobiernos de turno, por todos los que viven del centralismo e incluso por uno que otro cruceño oportunista. Pero los hechos mandan, los resultados son contundentes y nadie puede negar el aporte del comité Pro Santa Cruz a la región, al país y a la democracia.
Hoy nuestro comité enfrenta uno de sus mayores desafíos: la preservación del Estado de Derecho y la democracia en nuestro país. Es una lucha desigual ante un adversario dispuesto a todos los atropellos. Pero nuestro comité está acostumbrado a luchar en desventaja y lo hace porque lucha por su pueblo, por preservar nuestra libertad. Por eso hoy más que nunca, el comité Pro Santa Cruz es el gobierno moral de los cruceños.
Santa Cruz de la Sierra, 05/09/07
El Deber, 11/09/07
jueves, 6 de septiembre de 2007
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